Vida pasada

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Últimos capítulos de "Llegar a ti"




-Sesshomaru. –Jadeó con angustia tocando el pecho de su esposo con desesperación. –Te dispararon... Ella te disparó. –Sollozaba inquieta.

-Tranquila. –Con cuidado, tomó sus manos sin despegarlas de él. –Estoy bien, eso ya pasó, es el pasado... Estoy bien.





Ya ni siquiera sabía la cantidad de veces en las que había soñado con ese momento, pero finalmente, luego de tantas noches en vela extrañándola, luego de incalculable llanto a la nada, luego de todo su calvario y de extrañarla más de una vida, al fin estaba besando a su esposa.

La tenía sujeta de las mejillas de una manera delicada, se había inclinado para estar a su altura, y ella le correspondía, a pesar de ir en contra de cualquier pronóstico, ella le correspondía tomándolo por el cuello para impedirle apartarse; Rin lo estaba besando.

No había palabras para describir la necesidad y la entrega que había entre ese beso, y es que los labios de ambos se movían en una exquisita sincronía, parecían conocerse de memoria y es que así era. Su sabor combinaba a la perfección, sus alientos se mezclaban de una manera majestuosa, ese beso podía contener el cosmos entero y justo ahora se debatía entre ellos solos.

Sin separarse, Rin comenzó a avanzar guiándolo hacia su casa.

-Ah... ¿A dónde...? –Sesshomaru trató de separarse, pero Rin le lo impidió atrayéndolo más hacia ella sin detener su paso hasta llegar al pórtico en donde había que subir unos escalones para entrar a la casa.

-Mi señor. –Jadeó sobre los labios del albino. –Bienvenido a casa.

-Esta no es... Mmm. –Rin no lo dejaba hablar, seguía besándolo.

-Mi cuerpo será su casa. –Aclaró guiándolo para subir las escaleras del pórtico hasta chocar con la puerta. –Mi corazón ahora es su hogar. –Concluyó abriendo la puerta haciéndolos entrar cerrando tras ellos y obligándolo a quitarse el saco para comenzar, dejándolo botado en la entrada como muestra del inicio de su aventura.

Sin parar de besarse, Sesshomaru tomó a Rin de la cintura, aferrándose a ella como lo hacía hace mucho tiempo, con una dulce violencia que deleitó a la castaña y ella, conociendo a la perfección su modesta residencia, comenzó a encaminar sus pasos hacia su habitación en donde ya se había entregado incontables veces a quien decía ser su esposo, ahora le daría todo a otro hombre, entregaría su cuerpo en una infidelidad que le sabía deliciosa.

Entre tropezones lograron llegar a la cama en donde Sesshomaru se dejó sentar sujetando a Rin de las piernas para sentarla a horcajadas encima de él y seguir besándola, pues todavía no tenía suficiente de ella, jamás lo tendría.

Sin necesidad de palabras, Rin comenzó a quitarse la ropa empezando con su blusa, teniendo que separarse del beso por dos largos segundos, pero hábilmente, Sesshomaru la tomó de su cintura descubierta para volver a atraerla hacia él.

Parecía un sueño, uno de los tantos que Sesshomaru había tenido no hace mucho, un hermoso sueño en el que su mujer volvía a ser suya y volvía a reclamarlo como suyo; pero esa era la realidad, eso estaba pasando justo ahora.

-Mi amor. –Jadeó rasgándole el sujetador ante la impaciencia por tenerla.

-Señor Sesshomaru. –Gimió entreabriendo sus labios para aceptar la lengua del bello hombre debajo de ella, bebiendo de él como una necesidad.

Llegar a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora