Karma

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¡Esta es una actualización doble! 🌟

Disfruten la lectura. 💖







-Usted... Estaba pensando en mi señora, ¿verdad? –Inquirió juguetón. –Porque tiene razón, sus ojos cafés sí que son hermosos. –Rio. –No lo culpo, a mí también me gusta que mi señora me mire, su mirada es muy linda.

-Hump, menos mal que te gustan los hombres. –Espetó.

-Oh, no se confunda, señor. A mí me gusta de todo. –Aclaró puntualmente. –Así que no se confíe. –Amenazó. Pero al ver que Sesshomaru articuló en su pálido rostro algo que se parecía a un puchero, no pudo evitar soltar una risita divertida. –Descuide, amo Sesshomaru, a mí solo me gusta Hiro.

-Mocoso insolente. –Gruñó por debajo.







Se incorporó en la cama con algo de dificultad, sintió su vientre ligeramente abultado, no percibía nada fuera de lo normal, todo parecía estar en orden.

-Rin. –Jaken exhaló el nombre de su nieta a la vez que se levantaba de su asiento para ir hasta ella. –¿Cómo te sientes? ¿Cómo sientes a los niños?

-Papá... -Susurró un tanto desubicada. Por alguna razón creía que la primera persona a la que vería sería a Sesshomaru... Sentía que la llamaba, pero no era así. –Estamos bien, papá Jaken. –Lo tranquilizó. –Yo... Yo lo siento tanto. –Balbuceó al mismo tiempo en que sus ojos se cristalizaban. –Lamento haber provocado todo este desastre, perdóname, por favor. –Se cubrió el rostro para evitar que su abuelo la viera llorar.

-Ya, ya Rin. –La consoló acariciando su cabello. –No fue tu culpa.

-Lo fue. –Sollozó. –Si yo no hubiera regresado a la casa nada de esto hubiera pasado.

-Sí... Tienes razón. –Suspiró Jaken. Rin asintió dolida. –Si no hubieras regresado nada de esto hubiera pasado, nada en lo absoluto... Yo no habría vuelto a sonreír, el señor Sesshomaru jamás hubiera podido ser completamente feliz, no tendrías a esos niños en el vientre y la casa se hubiera quedado sumida en un frío luto... Si tú no hubieras regresado las cosas serían mucho peores.

-Pero... Todo el mundo sufrió por mi culpa.

-El sufrimiento es parte de la vida, mocosa. –Explicó con paciencia. –Curiosamente se aprende más del dolor que de ninguna otra cosa. Y creo... Que ya has aprendido bastante.

-Tú... ¿Ya sabes todo lo que ha pasado entre el señor Sesshomaru y yo? –Inquirió avergonzada. Jaken asintió. –Perdóname, papá. –Se reverenció inclinando su cabeza. –Te he llenado de pena al comportarme así con mi esposo, he sido una sinvergüenza al aceptar un trato así con él. Lo lamento mucho, papá, Jaken.

-Rin... -La tomó de los hombros para hacerla incorporarse. –Lo único que puedo sentir por ti es orgullo y amor... Porque a pesar de todo eso sigues aquí, de pie, cargando a dos niños que seguro tendrán el mismo corazón fuerte y valiente que tú... Estuve a punto de perderte, chamaca, ¿crees que me importa otra cosa ahora? –Le reclamó dándole un zape en la cabeza. Rin rió levemente. –Errores, malos comportamientos, tropiezos... Nada de eso me importa ahora más que tú y tus hijos, ¿entiendes? Olvida todo lo demás.

-Gracias... Papá Jaken. –Susurró conmovida, dejando que las caricias de su abuelo cayeran en su cabello con el mismo ritmo suave y silencioso con el que sus lágrimas rodaban por sus mejillas.

-Rin. –De repente, InuYasha entró a la habitación con Kagome tras él, quien corrió a ella para abrazarla delicadamente.

-Rin, despertaste. –Susurró la azabache sumamente aliviada. –Llevas así tres días, estábamos preocupados.

Llegar a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora