Llegar a ti

Tren

🌟Hola, mis estrellitas. Antes de leer, no olviden que actualizamos los martes y los sábados (a partir del medio día con horario de México, porque la otra vez me dijeron que era confuso cuando se trataba de otros países, y es que, realmente, no había considerado eso sjjdja ayno qué burra soy). Espero que no se confundan y que Wattpad pronto pueda enviar notificaciones.🌟

En fin, espero que disfruten la lectura. 🤍

Rin cubrió con sus manos la amplia sonrisa que se dibujó en ella mientras sus ojos se cristalizaban de la emoción; conmovida fue hasta el regazo de su esposo para agacharse a la altura de su hija y mirarla de cerca.

-Dilo de nuevo, cielo. Di mamá.

Kamada Yue siempre fue un niño tímido y dulce, quien nunca se negaba a ayudar a quien más lo necesitaba; su madre siempre le decía que los humanos habían venido al mundo a ayudarse entre ellos, que al final todos éramos hermanos porque venimos del mismo universo. Quizá de ahí venía su instinto protector, ese con el que siempre velaba por su madre, por su padre, por sus amigos, por quien sea que lo necesitara.

Habiendo crecido con su madre lejos de Japón, tuvo que regresar a Osaka a vivir con su padre cuando ella encontró a alguien más con quien compartir su vida, ya que ahora ella tenía a alguien que la cuidara, debía regresar a cuidar a su padre. Fue ahí donde encontró una enorme familia, todos los sirvientes de la mansión Taisho parecían quererse mucho entre ellos y ahí lo acunaron como uno de ellos, adiestrándolo en todo lo que necesitaba para ser un buen sirviente; y en insistencia de la señora Irasue, comenzó a estudiar la universidad a abierta por las noches.

Era muy feliz ahí. Sirviendo a la familia Taisho, cuidándose entre ellos, escuchando las historias del amo Tōga y de los amos cuando eran niños y, la que más le gustaba, era la historia de amor del señor Sesshomaru y la señora Rin. Esa historia siempre lo inspiraba y lo hacía sentir que podía encontrar un amor tan incondicional como el de ellos, lo hacía sentir que no importaba el tiempo, la distancia o las circunstancias, pronto encontraría el otro extremo de su hilo del destino.

Pero cuando vio a su ama Rin siéndole infiel a su esposo y luego sabiendo que el señor Sesshomaru había hecho algo malo, esa idea del amor se le rompió en mil pedazos, quedó decepcionado de las personas que más admiraba, incluso sintió ganas de regresar a casa con su madre algún tiempo. Pero no podía dejar a su señora, porque quizá estaba pasando por algo difícil, además, le había jurado lealtad a ella y a sus hijos.

Y su lealtad fue tan alta que puso la vida de su señora antes que la de él. Porque su madre le dijo que todos éramos hermanos, porque su madre siempre le dijo que cuidara de quienes amaba, porque su madre le dijo que a veces se cometían imprudencias por amor.

Y ahora la señora Taisho iba con él en la ambulancia mientras dos paramédicos paraban el sangrado y diagnosticaban una fuerte contusión en su cabeza, una hemorragia interna y un par de costillas rotas. Rin no podía dejar de llorar e incluso se estaba hiperventilando, su vista comenzaba a nublarse, su cabeza daba vueltas y sentía su pecho punzar; estaba comenzando a verse afectada físicamente y empezaba a preocuparse por la integridad de sus hijos.

-Hay que revisarla a usted también, señora. –Le dijo uno de los paramédicos.

Rin negó rotundamente.

-Estoy bien.

-Está embarazada, la impresión puede ser riesgosa.

-Dije que estoy bien. –Respondió con firmeza apretando su agarre de la mano de Yue.