En casa

357 31 90
                                    

Últimos capítulos de "Llegar a ti"

La siguiente actualización será el final de la historia.



La familia Taisho se sentía acorralada, pues nunca imaginaron que atravesarían por una situación así tan pronto; la discordia inundaba el comedor y el intercambio de intrigantes miradas provocaba que el aire se volviera denso y pesado.







El dolor lo hizo despertarse una vez más, ese mismo dolor que a ratos también lo ponía a dormir; sentía su cuerpo destrozado no por la paliza que Sesshomaru le había puesto hace unas horas, sino por la que le propinaron al llegar a ese maldito agujero gracias a un sustancioso soborno del mismo Taisho.

Ese maldito... De nuevo tuvo que aparecer para arruinarlo todo, se atrevió a quitársela de nuevo, no le bastó con robarle a Rin una vez. Maldito, diez mil veces maldito.

Si tan solo nunca hubiera aparecido hace trece años, si tan solo no hubiera dejado ir a Rin a hacer sus prácticas a su maldita empresa nada de esto estaría pasando.

Él hubiera encontrado alguna forma de pagar las deudas por las que los perseguían, él hubiera hecho hasta lo imposible por mantener a Rin feliz, pero el hubiera ya no existía, Sesshomaru se la había vuelto a llevar, su amada Rin regresaría a ese maldito nido de sufrimiento.

Tenía que hacer algo, encontrar el jodido modo de salir de ahí; debía pensar rápidamente, era inteligente, un abogado prodigioso que nunca dejó de estudiar a pesar de no poder ejercer su profesión por los últimos seis años. Por suerte, se había preparado para esto.

¿Qué pasaría si los encontraban? ¿Qué pasaría si Rin de repente recuperara la memoria? Eran preguntas que lo habían atormentado durante estos seis años, pero gracias a su ingenio, tenía las respuestas desde hace mucho.

Lo que tenía que hacer ahora era tratar de levantarse y exigir su derecho a defenderse como su propio abogado y hacer uso de sus habilidades para quedar libre.

-Miren quien está a punto de despertar. –Una voz áspera, profunda y tétrica hizo eco en la habitación.

Namura. Razonó de inmediato.

Namura... No era posible, él se había quedado en Kagoshima, todo su pasado se había enterrado ahí... ¿Cómo es que aparecía así frente a él?

-Arriba. –Exigió. –Levántate.

Hakudoshi terminó por abrir los ojos para enfocar bien al hombre frente a él, encontrándose a alguien corpulento y de postura recia.

No era Namura, pero por el tono de voz de repente temió que pudiera morir justo en ese segundo en la celda en la que aparentemente se encontraba.

-¿D-dónde...?

-Estás en prisión, genio. ¿No lo ves? –Respondió con burla.

-¿Cuál prisión?

-Abashiri.

Entre su dolor, Hakudoshi sonrió ante las posibilidades que esto significaba.

-¿De qué te ríes, estúpido? –Espetó. –¿Crees que porque estás aquí saldrás pronto? ¿Crees siquiera que eres capaz de salir? ¿Quién crees que ordenó darte una paliza cuando llegaste antes de que despertaras? ¿Quién crees que va a ordenar seguir torturándote aquí durante toda tu estancia?

Llegar a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora