Cicatriz

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***Advertencia***

Este capítulo narra situaciones que pueden ser sensibles y desagradables para algunxs lectorxs. En ningún momento tengo intención de lastimar u ofender a nadie con el o contenido, solo es parte de la trama; traté de abordar el tema sobre experiencias o sensaciones propias que trataran de asemejarse al caso. Por favor, sean responsables y discretxs con la lectura.

__La parte en cursivas durante el capítulo es un pequeño salto al pasado, a excepción del párrafo uncial. ¡No se pierdan!__

Gracias por leer.

***

-Cariño. –Rin lo llamó somnolienta pegando su rostro a la almohada. –Tu hija te está hablando.

-Salió de ti, es tu hija. –Masculló negándose a abrir los ojos.

-¿Acaso yo la hice sola? –Inquirió incorporándose en la cama. –Despierta, de todos modos, debemos levantarnos. 



-No puedes solo decirme eso y esperar a que me quede tranquilo. –Refunfuñó restregando su rostro en el cabello de su esposa. La tenía bien sujeta de la cintura con ella dándole la espalda, pegando su cuerpo desnudo a de él, rogándole por enésima vez que le contase la verdadera historia de esa marca.

-Al fin logramos tener sexo sin que me terminara arrepintiendo, esta vez... es especial y no quiero arruinarlo. Mejor hagámoslo otra vez.

-Todas las noches... Te haré el amor todas las noches, todos los días, en donde sea y cuando sea, no tienes por qué preocuparte por eso. Te lo haré igual de especial que hoy por el resto de nuestros días, así que no temas por arruinarlo, tendremos muchos momentos así de especiales.

Rin suspiró, eso la hacía sentir mejor, el enfático abrazo de Sesshomaru le daba seguridad y él estaba dispuesto a escuchar y a entender.

Si iba a darle todo, también iba a darle su pasado.

-Solo, prometa que no me soltará. –Dijo posando sus manos sobre los fuertes brazos que la rodeaban.

-Nunca lo haría. –Susurró reafirmando su agarre. Rin se tranquilizó aún más.

-Recuerda... ¿recuerda el día en que nos encontramos en Yoshino? Usted fue a dar una conferencia a mi universidad, yo llegué tarde, nos encontramos en las escaleras del edificio.

-Creí que estabas huyendo de mí.

-Al final lo hice... pero yo nunca quise...

-Está bien, ahora te tengo aquí, no pasa nada.

-No... no me suelte. ¿Sí? –Sesshomaru asintió. –Ese día... pasó todo eso.

El silencio reinaba en el angosto departamento con paredes grisáceas y mohosas, la mañana apenas amenazaba con escurrir los rayos del sol entre la rendija de la diminuta ventana, pero para ese entonces Rin ya estaba despierta.

Debía ser lo más discreta posible, debía simular que su rutina de todos los días no había sido alterada para nada, no quería que se dieran cuenta de que estaba planeando regresar a casa. Por fin... después de cinco años, volvería a ver a su abuelo, a sus amigos, volvería a su preciada casa y al lado de su amado amo Sesshomaru.

En cuanto la universidad anunció sobre una conferencia ofertada por el presidente de los Hoteles Taisho no dudó ni un segundo en inscribirse; en cuanto se enteró de que, por fin, de la manera menos esperada, volvería a encontrarse con él. un nuevo halo de esperanza volvió a ella, esperanza que la había abandonado desde hace muchísimo tiempo. Incluso se permitió empacar ciertas pertenencias en la mochila de la escuela, pues le pediría al señor Sesshomaru que se la llevara con él de inmediato, sin tiempo que perder.

Llegar a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora