Puerta

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***Advertencia*** 

Este capítulo contiene narraciones de escenas que pueden ser inapropiadas para algunxs lectorxs, así que, por favor, sean discretoxs y responsables con la lectura. 

Ya se la saben, si no ven mi despedida, es que aún no termina el capítulo, no olviden recargar la página si es que no les aparece completo.

Disfruten.  :)


-Creo que nunca te lo dije, pero mi vida era perfecta hasta que apareciste tú. –Dijo con aquel tan típico tono de voz indiferente e insípido.





-Vámonos. –Su grave voz la sacó de su trance.

Sin decir nada más, Rin subió al asiento del copiloto y partió junto a su futuro esposo a la cede de los Hoteles Taisho. El camino fue tenso y silencioso, ninguno de los dos se atrevía a mirarse; Sesshomaru no apartaba la vista del camino y Rin se había hundido en sus pensamientos desde hace un buen tiempo.

Algo dentro de ella se movió con fuerza al ver a su exnovio, aunque fuese solo por unos segundos, no sabía con exactitud lo que su presencia había causado. Aún lo quería, siempre lo haría, pero con un cariño como para el de un bello recuerdo, un cariño para un viejo amigo; ahora quería al señor Sesshomaru, le gustaba intensamente, tal vez ya hasta estaba enamorada. Pero ver a aquel chico que dejó de una manera tan abrupta la congeló.

Luego de un largo rato y de un montón de dudas se atrevió a mirarlo, solo de reojo, solo un rápido vistazo le bastó para calmarse a sí misma. Mañana se casaría con el señor Sesshomaru y hacía tiempo que ya no dudaba de ello, sabía que a su lado podría ser feliz, y esa rápida ojeada al perfil de su novio la serenó.

Pero Sesshomaru era quien iba más nervioso, él lo vio, no podía haberlo confundido, era ese chiquillo de Kagoshima, el exnovio de Rin.

Miroku debió buscarle un trabajo más lejos, no en Osaka. Refunfuñaba en su interior. Sobre todo porque sabía que Rin también lo había visto y temía porque ella todavía pudiera sentir algo por él, más aún cuando esa mañana había sido tan grosero con ella. La miró de reojo mientras ella miraba por la ventana; no pudo ver su rostro, pero el solo mirar su cabello lo hizo sentir temor, lo hizo tener miedo de que Rin pudiera elegir a otro hombre que no fuera él, miedo de que por un solo error que él cometiera, ella pudiera irse.

No debe enterarse. Pensó angustiado. No sabía si estaba eligiendo la mejor opción, pero si era lo que debía hacer para mantener a Rin a su lado y compensar todo, eso era justo lo que haría.

Mentirle.

Una tonta y errónea decisión.

Los guardias de la entrada se reverenciaron en cuanto la pareja entró y el personal saludaba con cortesía y respeto al presidente y su futura esposa hasta que estos llegaron al elevador. Para ese entonces, Rin ya había pensado en disculparse por ser tan pesada esta mañana; no había respetado el deseo de no hablar del señor Sesshomaru a pesar de que se lo dijo varias veces, ese debía ser un tema difícil para él y ella lo había estado presionado. Pero antes de que ella pudiera decir algo, Sesshomaru fue quien habló.

-No debí usar ese tono contigo en la mañana. –Aclaró estando a solas con ella en el ascensor. –Me disculpo. –Su tono de voz era frío, pero sonaba sincero.

-Yo debería disculparme con usted, no debí insistir tanto. Debe ser difícil para usted hablar de esas cosas.

-No importa.

Llegar a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora