Gladiolas

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Últimos capítulos de "Llegar a ti"




Porque estaba en casa y no iba a volver a irse nunca.

A pesar de que lo que siguiera después fuera enfrentar al rojo vivo el dolor que había olvidado.






Habían terminado de comer hacía una media hora, pero su plática se extendió tanto que terminaron ordenando doble postre. Rin reía sonoramente escuchando el relato de Sesshomaru, quien la miraba enternecido por esas dulces reacciones que le provocó.

Los dos eran tan felices al estar juntos nuevamente, su reencuentro había sido tan fortuito y de una manera tan romántica que les estaba ayudando a sobrellevarlo más amenamente y eso mantenía tranquilo a Sesshomaru, sabía que había tomado la decisión correcta al volver a enamorarla.

-¿En serio eran mis margaritas? –Preguntó entre carcajadas.

-Sí. –Masculló apenado. –La habías sembrado para verlas florecer y yo las corté. Esa anécdota de ayer, la chica que me gustaba eras tú. –Añadió al haberle contado de un recuerdo que compartían juntos de hace muchos años. –Es por eso que las margaritas son nuestra flor especial.

-¿Por eso me dijiste que eran tus favoritas?

-Y seguro por eso también son tus favoritas, aunque no pudieras recodarlo.

-Eso es cierto... -Sonrió. –¿Te cuento algo gracioso? Cuando me hablabas de tu esposa mientras estábamos en Milán, admito que me puse muy celosa. –Rio. –Hablabas de ella con tanta dulzura, los ojos te brillaban con solo mencionarla, tu voz cambiaba, me dio tanta envidia de esa mujer.

-Tonta. –Sonrió. –Si hubieses sabido que eras tú...

-Ahora me da un poco de vergüenza.

-Eres tan bonita. –Soltó de la nada. –Mi Rin, Rin bonita.

La sonrisa de Rin se amplió aún más.

-¿Cuándo volveremos a casa?

-Cuando lo desees, aunque realmente me gustaría esperar a que el infeliz que dijo ser tu esposo llegue para que pueda molerlo a golpes. –Recordó con molestia. –Ese maldito tiene que pagar por lo que nos hizo.

-Yo no quisiera verlo. –Admitió agachando la mirada. –De ser posible, no me gustaría verlo nunca más en la vida, quiero olvidarlo a él y recordarte solo a ti.

-¿No quieres golpearlo?

-Oh, claro que quiero... Pero de verlo, me pondría a llorar mucho... Solo fuimos él y yo por mucho tiempo, Sesshomaru, creí que todo lo que tenía era gracias a él, creí amarlo tanto, creí que él era lo único que tenía en el mundo... Me rompería si lo viera, así que no quiero esperar a que llegue.

-Entonces nos iremos mañana. –Propuso. –Pero para eso hay que hacer muchos trámites, cariño. Eres prácticamente víctima de secuestro, para que salgas del país debemos...

-Quiero irme de aquí. –Lo interrumpió con voz débil. –Por favor...

-Entonces habrá que pedir uno de nuestros aviones privados. –Ideó ingeniosamente.

Rin abrió la boca de impresión.

-Creo que lo más difícil de creer es que sea millonaria.

-Pues asimílalo, dulzura, porque al llegar tendrás a tu disposición a un montón de sirvientes y cuando gustes reincorporarte, tendrás que ayudarme a manejar nuestros más de diez hoteles.

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