Alguien

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🌟Antes de leer, recuerden que actualizo los sábados y los martes, ya que últimamente, el pinche Wattpad no manda notificación. Y también recuerden que si no me despido de ustedes, no ha terminado el capítulo; si no aparece mi "Nos leemos luego 💖", intenten recargar el capítulo o abrirlo de nuevo, ya que también Wattpad anda cortando los capítulos de repente. U.U🌟

Este capítulo quedó algo larguito, perdón. uwu Pueden leerlo a ratitos si gustan.  c:

Sabía por qué lo hacía, Rin quería desquitarse, quería hacerlo pagar, hacer sufrir y con un demonio que sí le dolía. Le dolía el alma, el corazón y el orgullo, le dolía la vida.



Rin conocía el dolor a la perfección, lo había palpado tantas veces que ya era punzante en su vida, incluso vivió con él por muchos años.

Lo conoció desde muy pequeña cuando si madre no la quiso y la abandonó con su abuelo, pero pareció dejarla en paz por un buen rato al poder ser criada por su abuelo y crecer junto a sus mejores amigos e incluso encontrar el amor en su querido amo Sesshomaru. Pero luego, el dolor tocó de nuevo a su puerta cuando su madre regresó por ella para venderla al mejor postor; y se quedó ahí, como una carga de la que no podría deshacerse incluso cuando tuvo la oportunidad de volver a casa, el dolor la hizo incluir el sufrimiento en su rutina diaria que pareció abandonarla por un momento cuando conoció a Hakudoshi, más aún cuando pudo regresar a Osaka y reencontrarse con su vida anterior. Sin embargo, parecía que no estaba dispuesta a dejarla en paz, porque súbitamente tuvo que dejar a su novio para salvarlo y aprovecharse de su primer amor para huir de su pasado. Y de repente se esfumó de nuevo cuando se acostumbró a la vida de casada y admitió que amaba a Sesshomaru; pero el dolor no se había ido, solo se ocultó por un breve instante, demostrándole que quizá nunca se iría, que estaba condenada a sentir dolor toda su vida. Lo que estaba presenciando solo lo confirmaba.

Sesshomaru la había usado, Sessomaru no la amaba, Sesshomaru se casó con ella por dinero, Sesshomaru la había embarazado para asegurar su fortuna, Sesshomaru la traicionó, Sesshomaru la hirió tan profundamente que sintió que la vida se le rompió.

-Ay no, qué descuidados fuimos, Sesshomaru. –Sara se burló disfrutando del gesto de aflicción que Rin tenía dibujado en el rostro. Hakudoshi la miró con disgusto, pero no podía negar que se aliviaba de que Rin por fin supiera la verdad y nada menos que de la misma boca de Sesshomaru. –Creo que debemos darles su espacio, ¿no lo cree, director Nakano? –Decía mientras avanzaba a la salida y desaparecía tras la puerta.

Rin y Sesshomaru solo se miraban entre sí, no existía nada más que ellos dos, todo el universo parecía concentrarse en ese doloroso momento. Incluso el silencio intenso y cruento los ayudaba a escuchar el corazón de Rin desmoronándose y la respiración de Sesshomaru entrecortarse con nervisismo.

-Amor. –Sesshomaru hablaba con un débil hilo de voz. –Puedo explicarlo.

-¿Qué quieres explicar? –Hakudoshi, quien aún no dejaba la sala, intervino por demás furioso. –Ya lo dijiste todo, ¿no? ¿Qué te hace pensar que puedes...?

-Cállate. –Rin escupió con desdén interrumpiendo a Hakudoshi. –Cállate y largo. –Esa voz, ese tono en Rin lo había escuchado en contadas ocasiones y sabía que cuando lo usaba lo mejor era ceder. Él simplemente no dijo nada y salió de la sala de juntas esta vez cerrando perfectamente la puerta, esperando a que todo terminara pronto.

Se sentía mal, sí, Rin sufriría mucho ahora, pero era necesario, todo era muy necesario.

-Empieza. –Ordenó Rin.

Ella lloraba, las lágrimas no dejaban de salir de sus ojos, pero su mirada era fría y firme, su rostro no mostraba emoción alguna, Sesshomaru nunca la había visto así, incluso la desconoció. Pero esa cruel serenidad se debía a años de estar atada al sufrimiento, a años de estar junto a Aoi viviendo una vida de mierda, demostrando que hasta las personas más alegres y benevolentes pueden ocultar grandes condenas que llevan arrastrando calándoles el alma, convirtiéndolos en entes impulsados por el odio. Rin conocía bien el dolor, por eso podía lidiar con su cruenta compañía. Rin conocía tan bien dolor que guardó completa calma, aunque el alma se le estaba cayendo a pedazos. Rin conocía demasiado bien el dolor, tanto que sus emociones se entumecieron dejándola con un porte frío e imponente.

Llegar a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora