13 | El fuego personificado

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Antes que nada gracias por las mil lecturas, quiero llorar de alegría, gracia por hacerme feliz, siempre series mi pequeño hogar.


EL FUEGO PERSONIFICADO

Parte 1

Railey

Hoy era mi primer día en el bachillerato de Sofía Castro, el centro posee el nombre de la escritora, como homenaje.

Como buena desgraciada que soy, mi alarma decidió no sonar esta mañana. Pero quien necesita una alarma cuando tiene a una estrella de Hollywood para que te despierte. 

- Buenos días -canturreada una y otra vez con su cálido sonido.

Cantaba con esa voz de los ángeles y ese tono, del cual sabía que se estaba dejado las cuerdas vocales.

Rodé mi almohada soltándola sobre mi rostro, sin siquiera abrir los ojos, realizando presión en la zona donde se encontraban mis tímpanos.

- Railey el amor de mi vida, la esperanza de cualquiera con ojos ,la perdición de mi alma.

Gritaba obligándome a escucharle, y entre frase y frase escuchaba aquellas pequeñas carcajadas que no se podía retener.

Abrí los ojos porque ya no me podía resistir a mirarle, quería observar esa sonrisa de oreja a oreja, mi sonrisa favorita, aquel brillo en sus profundos ojos, y lo que era peor, permitirle que me contagiara esa alegría.

Pero no me dejo

Antes de que pudiera levantar la vista, me rodeo, me abrazó con tanta fuerza que me plateaba si podía respirar.

Y lo que es peor

Me beso la frente repetidamente.

- ¡NOOOO! grite -moviéndome como un gusano.

Sabía que odiaba las demostraciones de amor, y por eso me estaba envolviendo en el suyo.

- Párate ya Edward -me di cuenta que estaba sonriendo y mi tono cambio de amargo ha uno divertido.

Al escuchar mi voz alegre, gozo de satisfacción y se apartó de inmediato.

Deslizo sus frías mano por mi rostro de forma delicada, hasta colocar cada palma en mis mejillas. Me miro fijamente mientras pronunciaba:

- Railey levántate -sobre saco los ojos  - Si no lo haces me obligaras a hacerte cosquillas.

Me estremecí, y mi rostro reflejo verdadero miedo. Soltó una agradadle carcajada mostrando los relucientes metales entre sus dientes.

Le di un en el hombre, pero no se inmuto. Normal tenía un fuerza de culo, imaginaros recién reventada.

Se volvió a reír pero esta vez fue por mi intento, me beso la frente y salió de mi habitación, pero no antes de decirme:

- Estas preciosa, te espero abajo dentro de veinte minutos -entorno los ojos y eliminó la sonrisa para advertirme - Si no lo hace recurriré a métodos más drásticos.

No puede evitar rodar los ojos y esta vez si que desapareció tras más de sus carcajadas.

Joder adoraba a ese imbécil, mi imbécil.

Me incorpore y dirige al baño para adecentarme, me definí los rizos y los envolví en una coleta alta, me puse la camiseta naranja que compre ayer, con unos jeans vaqueros de color azul muy claro, complete el outfit con una converse altas del mismo tono anaranjado, un collar corto de perlas, y unos aretes de las mismas perlas blancas, pero no antes de rezar el amanecer.

Por que mierda me enamoré de Ti ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora