21 | Por qué sabes que nunca te harán daño.

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POR QUÉ SABES QUE NUNCA TE HARÁN DAÑO

Railey

- Railey despierta.

Yo me dedique a gruñir y darle manotazos al aire como respuesta a mi nombramiento. Entonces note la palma de una mano en mi hombro, que hizo que me levantara del susto. Inspeccione la procedencia y al ver el rostro de Patrick libere el aire que tenía en mis pulmones.

- ¡Dios Patrick!

- No quería asustarte -me aseguro bastante distante.

- Deberías devolverme a casa con vida no muerta -recordé.

El ignoro mis palabras y empezó a meter mis cosas en mi mochila.

-¿Que haces? Lo puedo hacer yo -aseguré.

- Creme no es que me entusiasme recoger tus cosas, pero no tengo tiempo, debo realizar varias tareas y tu no puedes ni despertarte sin esfuerzo.

Dios odiaba a este ser.

ღღღ


El coche de Patrick aparcó enfrente de casa, pero no paro el motor, yo pille la indirecta y baje.

- Adiós Railey -me gritó, para que le pudiese escuchar, porque me encontraba ya casi en la entrada.

Hice un gran esfuerzo, respire hondo y puse mi mejor falsa cara, me gire y simplemente le sonreí asintiendo con la cabeza. Tras ver mi no muy sincero rostro, desapareció de mi encuadre.

A todo esto no sabía ni que hora era, rebusque en la mochila y encontré mi móvil y las llaves de casa.

las 06:00

Dios iba a matar a ese hombre.

Subí a mi cuarto a rastras, me costa vida y media poder escalar hasta el segundo piso. Una vez arriba no pude caminar hasta mi cuarto, así que me adentre al de Edward.

El se encontraba dormido boca abajo, extendido como una estrella de mar.

- Edward -susurre contra su oído.

Al ver que no hubo respuesta, le toque la carita con delicadeza.

El balbuceo algo inteligible que me pareció de lo más adorable, tras esto entreabrió los ojos, al ver quien tenía al frente, finalmente termino de abrirlos de golpe.

-¡Railey! -exclamo con demasiado entusiasmo si valoramos su recién levantamiento.

- La misma, en carne y hueso, pero molidos -Sin darme cuenta hice una mueca.

El ensancho una sonrisa cansada.

- Ven -me dijo, pero no espero a que actuase, tiro con todo el cariño del mundo de mi muñeca y me acomodo delante de el.

Y ahí nos quedamos abrazados hasta quedar dormidos.

ღღღ


Al despertarme me di cuenta de que Edward no estaba, pero eso no fue lo peor. Mire el reloj digital de la mesita de noche, y vi que eran más diez de la mañana.

¡Un viernes!

Tenía clase por dios como me he quedado dormida.

A bueno ya lo entiendo, al no estar en mi habitación no ha sonado mi alarma, ¿Pero porque Edward no me ha despertado?. El siempre lo hace.

Por que mierda me enamoré de Ti ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora