73 | No, Vuelvas a hacerlo, Nunca

197 8 2
                                    

Otro capítulo cortito y divertido <3

NO, VUELVAS A HACERLO, NUNCA

Railey

No vamos a mencionar la noche anterior, porque lo único que paso es que yo entre como una metralleta a la habitación, que por cierto no es tan solo una habitación, es como un apartamento, creo que esta "habitación" no era para nosotros pero yo no soy la que me voy a quejar, el caso es que entre a la velocidad de la luz, lance mi mochila, me pare un segundo a analizar la pequeña sala, levante la ceja al contemplar una mini cocina a la derecha, pero continúe, hacía lo que era la única puerta, el cuarto, entre, tire la maleta al suelo y con los pocos rayos del sol que quedaban del atardecer detecte la cama a la que invadí como parasito, me metí entre las sábanas, abrazando la almohada como si alguien me la quisiera quitar y me obligue a dormir.

De alguna manera estaba reventada, totalmente cansada de manera mental por lo múltiples esfuerzos de aparentar odio absoluto hacia Alex, y molida físicamente por el viaje hasta aquí, así que me permití dormir en paz pese a los problemas que tenía encima.

Pero ya es el día siguiente, ya llevo media hora despierta mirando simplemente a la pelusa de la lampara colocada sobre la mesita de noche. Me he girado sobre la cama y ni rastro de Alex, sé que debería alegrarme, esto es lo que yo quiero, pero en vez de eso siento una especie de decepción asentándose en el vientre.

Se que podría hacerlo mejor, podríamos conversar como personas normales, pero eso me da demasiado miedo, así que seguiré con mi faceta hasta que el decida alejarse, si eso suena más fácil, solo espero no quedarme tan agotada de manera continua.

Unos toques hacen que vuelva a la realidad, localizó la puerta de la habitación.

-Railey ¿estas despiertan? – Su voz me hace abrir más los ojos.

Me quedo en silencio.

-Hay que bajar a desayunar cuanto antes, creo que faltan menos de quince minutos para que cierre el bufé del hotel.

-No tengo hambre – respondo.

- ¿Pudo entrar? -pide permiso.

-No – pronuncio de manera rápida y rotunda.

-He... de acuerdo, entonces esperare a que salgas.

- ¿Espérame?

-Solo hay un baño, y está dentro del cuarto.

-Oh si eso – miro por todas partes para localizar una puerta al fondo que doy por hecho que es el cuarto de baño.

Paradero con pesar por los anteriores movimientos bruscos de mis ojos, y por la gran y repentina cantidad de luz que entra de un inmenso ventanal que ni siquiera sabía que existía. Estoy tan desorientada que nada más poner un pie fuera de la cama, me siento incapaz de soportar mi propio peso corporal. Caigo al suelo con un alarido de dolor. Ninguna novedad para mí.

- ¡Railey! ¿Estas bien?

-Hummm - murmuro.

- ¡Railey me dejas entrar por favor! – suena entre alterado y preocupado.

Aún esparcida en el suelo como rana en parto empiezo a darme cabezazos contra el suelo, ¿Por qué? ¿Por qué? me pregunto de manera continua.

-Railey...

-ESTOY BIEN PUEDES ESPERATE UN SEGUNDO – grito tan alto que me arrepiento al segundo.

Hay un silencio sepulcral y casi prefiero a que me borre el nombre de tanto pronunciarlo.

Por que mierda me enamoré de Ti ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora