¿No necesitáis que os recuerde la música verdad? Enserio con la mucho mejor <3
-INFIERNO HELADOR -
Railey
Se fue
No me lo podía creer, me había dejado sola.
Mis lagrima no cedían, y todo el cuerpo me ardía por dentro, con el fuego más infernal. Mientras por fuera el hielo me cortaba de dolor.
Alex formaba parte del dolor interno, por más que quisiera que solo fuera la fiebre, también me dolía por el.
SOLA, SOLA
Estaba sola.
Recite un par de Duas y le pide a dios que no le pasara nada.
Que estaba lista para que me llevara con el, si así lo deseaba. Pero que le diera una oportunidad a Alex, que el no podía irse, no aún. Sino terminaría en el verdadero infiero.
Y por mucho que me hubiese dejado tirada, es una buena persona, me ha ayudado, y se que si tuviera tiempo podría hacer las cosas bien.
Ese gilipollas me había abandonado en el único momento en el que lo necesitaba.
Vale si, me dolía como nunca antes me hubiese dolido algo. Pero lo que más sentía era miedo, miedo por el.
A que le pasase cualquier cosa, por culpa mía.
Ahora si que iba a morir.
Si mi corazón le costaba palpitar, ahora más. No me lo podía creer, el no me podía dejar.
Algo dentro de mi sabía que el nunca lo haría.
Pero lo había hecho.
Y ahí es cuando lo vi, con mis ojos casi apagados.
Como una luz no muy lejana ilumino todo mis alrededores rápidamente. Morado, Azul, Verde, para desembocar en el Naranja y Amarillo del propio fuego.
Eran llamas, llamas del fuego que se expandía desde los árboles por lo que habíamos sacado leña anteriormente.
Y ahí lo entendí, me había abandonado para salvarnos, quería llamar la intención del helicóptero.
El corría hacia mi, con todo el fuego a su espalda.
Lo vi todo a cámara lenta, como venía como si saliera de alguna película. Con su pelo que intensificaba y a su vez contrastaba lo que dejaba atrás con sus zancadas. Y como el fuego se expandía muy rápido.
Demasiado rápido.
El helicóptero lo había enfocado con una luz blanca, y el corría hacia mi para hacerles saber que no estaba solo.
Yo solo podía lloraba y gritar de felicidad, gritaba su nombre.
El aterrizo bruscamente sobre sus rodillas y me abrazo. Con el abrazo más vehemente que hubiera sentido.
Yo no dejaba de llorar entre su clavícula y hombro.
- Railey ya esta, ya estamos a salvo - me intento calmar, con esa respiración ajetreada.
Pero lo único que me tranquilizo fue su cuerpo rodeando el mío.
El estaba bien, no le había pasado nada.
El helicóptero descendió yo contemple su rostro eufórico, como sus ojos se iluminaban por las luces del helicoptero, se llenaba de felicidad, felicidad genuina.
En ese preciso intente sentí algo, un cumulo de emociones que desembocaban en el mismo lugar, o en la misma persona para ser exactos.
Alex
- Alex eres un puto genio, te adoro - confesé con mi respiración agitada por la emoción, junto a una amplia sonrisa.
- Y tu la persona mas increíble que he conocido - me sonrió.
Sentí como poco a poco mi latidos volvía a cobrar vida humana.
El hombre que se hallaba en el vehículo descendió y se nos acerco. Se paro delante de nuestros cuerpos aún en el helador suelo, y se quedo petrificado.
¿Qué pasa, cual era el problema?
- Hola chicos soy Stefan - nos dijo amablemente, pero su expresión duro poco - Hay un pequeño problema - confeso decepcionado.
- Mi compañero está llamando a los bomberos - nos señalo al piloto y sus ojos se desviaron a las llamas.
- ¿Qué pasa? - Preguntó bruscamente Alex.
Stefan nos miro de arriba hasta abajo, como si estuviera analizando nuestro estado.
- Cual es el problema - Continuo Alex de malas maneras, ya levantado y entrecahndome una mano.
Mientras tanto yo los observababa perdida, analizaba sus expresiones.
- Solo hay dos asientos, y uno tiene que ser para el conductor - confesó Stefan.
Si os sincera ni me alarme, sabía para quien era ese asiento.
Alex me prometió que no daría mi vida por el, y a mi ya no me importaba morir, de hecho quería dejar de respirar de una puta vez.
Dejar de sufrir, nunca había estado así y ya quería que terminase todo esto, quería descansar en paz.
- Es para ella - expuso, sin siquiera mirarme.
- ¿¡Que!?, ni de coña - le grite.
El se enfoco en mi rostro:
-Railey no tenemos tiempo para esto - sentenció.
- No te preocupes yo me quedare con el, y el piloto volverá a por nosotros - Me habló Stefan.
-¡No! - grite, hasta dejarlos sordos entre lagrimas.
Note como se me había olvidado respirar, como mi pecho subía y bajaba para poder coger oxigeno.
Como mi cuerpo se paralizó, ya no sentía frio ni calor, solo miedo, miedo por el nuevamente.
Como perdía los papeles, sin duda me estaba dando un ataque.
- Estas muy equivocado si crees que subiré a eso sin ti - le afirme con toda mi ira.
Su expresión cambio de decepción a enfado de inmediato.
Se acerco aun más a mi, y me rodeo en cuerpo con los brazos, me levanto.
- No, no, no ,no ,no - le grite infinitas veces con todo mi ser, con mi voz agitada y rota.
No me podía hacer esto, El no.
Entonces intente que me soltara, desperada le di patadas, pero fue en vano, clave mis puños en su espalda una y otra vez.
Hasta que finalmente me levante ligeramente de su espalda y le solté una colleja en todo el rostro con toda prepotencia.
Con mi isteria de por medio seguí pegándole, hasta que sus rodillas flaquearon y cayo al suelo conmigo en brazos.
Cuando le observe vi como la sangre bajaba por su labio roto, su plómulo se entorno a un tono morado que destacaba en su tenua piel.
Solo pude llorara al levo así.
Pero eso no me suponía nada de dolor a comparación con su intento de llevarme salvo y quedarse en este infierno Helador sólo.
No, eso no podía pasar, eso no hiba a pasar.
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¿Ahora qué pasará? Necesito leer vuestras teorías.
SINO VEO MUCHOS VOTOS Y COMOTARIOS HAGO QUE SE CAIGAN DEL HELICOPTERO Y FALLEZCAN Jajaj.
Este capítulo está dedicado a una de mis lectoras: Ser_yo_mismamencionaun usuario
Nos vemos el domingo, con la última parte del capítulo 26 ( Infierno Helador), hay que ganas <3
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Por que mierda me enamoré de Ti ©
Novela JuvenilRailey es una chica de dieciséis años con un pasado que creyó haber afrontado. Se muda junto a su familia de Canadá a España con la esperanza de empezar de nuevo. Pero tan solo en su primera semana debe intentar no derretirse frente a su nuevo vecin...