15 | Simplemente no podía

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SIMPLEMENTE NO PODÍA
PARTE 1/2

Railey

-Railey despierta

-No un poco más -gruñí.

-Railey ya has dormido diez minutos de más - me aviso mi dulce hermano.

-¡Qué dices! - Grite.

Me levante de inmediato, no podía llegar tarde, es lo único en lo que pensé. Ay dios que estrés, corrí a hacer el lodhu para rezar.

Pero antes de ponerme siquiera un pie en la alfombra, caí al suelo.

¿Dios algún día mi cuerpo funcionaria por las mañanas?

-¡Cuidado! - Exclamó preocupado el mismo.

Edward con sus reflejos de vengador, me sostuvo aún en el aire, para que mis frágiles huesos no se desintegrasen.

Le mire, el ya iba vestido con un hermoso jersey color gris ceniza  y unos jeans oscuros.

-Railey despacio, me gustaría conservarte un tiempo más - bromeó.

-Ja ja que gracioso -respondí.

-Vamos - me ayudo a mantenerme en pie. -Voy a prepararte el desayuno - continuo.

Acto seguido me beso el cabello y desapareció antes de que pestañeara.

Me dirigí al cuarto de baño, para prepárame otro día más. La verdad es que no tenía mucho tiempo así que me puse lo primero que vi.

Una parte de abajo de color rosa palo, era un de esos pantalones de verano que te entraba todo el aire, esos anchos, largos, finos de canalé, pero sin transparencias.

Como no sabia con que combinarlo, me fui al vestidor de mi madre donde encontré una camisa blanca, simple ancha y bastante larga.

Me mire al espejo de su habitación, estaba hecha un desastre, decidí hacerme un moño alto.

La verdad es que con mis rizos mojados el moño se veía muy aesthetic, encima me dejé suelto dos pelitos delanteros y me acomode los beibys hairs con gomina que relataba con mi pálida tez. 

Bueno estaba mejor que antes.

Me puse una zapatillas baja y bancas, para que combinasen con la camisa. Por último agarre la mochila, y la obra que me destrozo la noche pasada y baje las escaleras.

-Aquí tienes - me dijo Edward dejando un zumo de naranja recién exprimido, y un bol de cereales. - Quería hacerte tortillas pero realmente no tenemos tiempo - confesó.

-Esta perfecto Edward, muchas gracias.

Se sentó enfrente de mi, en el taburete, y empezó a zamparse sus cereales.

-¿Que vas ha hacer hoy Railey? - Su voz parecía preocupa.

Normal ayer toque fondo encima sin explicación alguna, o bueno el no sabe la razón, aún. Realmente quería contarle todo, como hacíamos siempre pero sentía que últimamente nunca teníamos tiempo.

-¿Hoy no es lo del Baloncesto y Fútbol? - Me hice la dudosa.

- Ay si -su rostro reflejo verdadera felicidad. -Hoy nos lo pasaremos genial -me aseguro.

Yo sonreí, como para no, era tan perfecto, mi perfecto hermano.

El trayecto al instituto fue tan pacífico como el de aquel primer día de clases. Fuimos en el coche de Edward, ya que como íbamos tarde tanto Nerea como Lucas ya estaban llegando.

Por que mierda me enamoré de Ti ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora