26 | Segundo

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No olvidéis poner la playist de fondo <3

- INFIERNO HELADOR -

(un rato después de intentar encontrar el hotel sin ningún resultado )

Alex

Estábamos los dos ahí parados, con los brazos a nuestras respectivas caras, evitando que el viento llevara más de esa helada agua a nuestros rostros.

No puede evitar sentir pena por ella.

Toda su familia estarán tirándose de los pelos intentando hacer cualquier cosa para encontrarla.

¿Y si no la encontraban?

Me dolía imaginar lo que esa idiota muriese congelada, era una muerte de los ridícula incluso para ella.

No quería ni imaginarme a Olga entre sollozos.

- Railey tenemos que apartarnos -la grite para que me pudiera escuchar.

- Adonde quieres que vallemos idiota -grito con todas sus fuerzas.

Ambos cohibidos de histeria, perturbados de desconocimiento de supervivencia.

Esta chica era tonta, pero tonta del bote, tenía unas ganas irrefutables de darme la vuelta y dejarla ahí plantada, para que se pudiera congelada. Pero algo me lo impedía, algo que no conseguía deducir.

- Además yo no voy a ir a ningún lado contigo - volvió a gritarme. Íbamos a morir congelados pero la subnormal quería discutir y no dejar de lado sus idioteces.

- Railey en enserio tenemos que irnos -la intente convencer.

Se quedo parada analizando el tono de mi voz, se había dado cuenta que ya no la estaba ordenado nada, ni usando mi tono egocéntrico, simplemente la estaba hablando normal, como nunca había hecho.

Me acerque a ella y sostuve sus muñecas, me congele al sentir el hielo que rodeaba sus guante. Tire de ella como si mi vida dependiera de ello

- ¡No suéltame! -grito desesperada, su tono me sorprendió, estaba temblando... ¿estaba asustada?

La ignore, intente obligarla a seguirme a un lugar apartado, donde la ventisca no nos diera de lleno. Pero se libero de mi agarre. No estaba para gilipolleces. Así que la plante cara

-Railey te vienes o te obligó -zanje histérico por el terror.

Ella me miro con aquel rostro que nunca había visto. En sus ojos reflejaba el claro miedo, sentí un dolor en el pecho, por ser yo en causante de aquel sentimiento. Estaba adorable con la nariz roja, con ese pelo oscuro pegado ha ambos lados de la cara por la presión de gorro. Pero solo pude enfocarme en esos ojos, rojos, a punto de llorar.

Solo quería ayudarla pero la muy cabezona prefería morir congelada ha acercarse a mi, y eso ami... yo no...

-No quiero Alex, no voy a ir contigo -dijo mientras una lagrima bajaba de su ojo derecho, con la voz rota y entrecortada.

Es la primera vez que la había visto así, y solo quería que fuese la última también.

Algo quebró dentro de mi, ya no era una opción arrastrarla a la fuerza, no tras ver ese rostro roto, roto por mi culpa. Tras entender que actuar por miedo e impulso llevaba a esto, no más, nunca, habrá otra forma.

- Railey por favor -la suplico sin ningún tapujo.

Ella negó con la cabeza, mientras más lagrimas recorría su pálido rostro e hiperventilaba. Estábamos congelado y ambos sabíamos que no íbamos a aguantar mucho más. Sin pensarlo dos veces, levante mis manos y rodé sus mejillas ahora rojas por haber estado llorando.

Ella se estremeció de dolor al colocar mis helados guantes en su rostro.

-Railey te prometo que no te haré ningún daño - jure mirándola a los ojos si pestañear.

Ella intento apartar mis manos de su rostros, pero la sostuve con más ímpetu sin ejercer fuerza pidiendo que clavara su mirada en mi rostro.

Estaba temblando por el frío, por el miedo, porque un gilipollas que no había echo nada más que hacerle daño y amenazarle era su única salvación.

Joder la entiendo yo estaría cagado, estoy cagado.

Sus labios se hincharon y se tiñeron del rojo más puro. Sentí unas ganas ingobernable de besarla, de calmarla, de calentarla con el beso más feroz que hubiese dado.

Pero lo que más deseaba en este instante era salvarla aunque fuese lo último que haría. Salvar a esa idiota que me amargo la vida desde el preciso instante en que los ojos más tangentes e indescifrables que he visto se clavaron con ira en los míos. Y para ello lo último que tenía que hacer era besarla, aunque fuese lo único que deseaba hacer antes de que sus ojos se cerraran y durmieran para siempre junto a los míos en una infinito sueño.

- Railey te prometo que te llevare con Olga, con Edward, con tu padre.

Y en ese instante algo cambio en ella, al escucharme citar a esas increíbles personas que siempre han estado para ella. Sus ojos brillaron como el mismísimo sol en ese desagradable viento helador.

Es increíble como su mirada me calentó todo el cuerpo de manera imposible.

- Vale - dijo ahora más relajada, aunque su respiración seguía ajetreada. Acercó su mano y rodeo la mía con inmensa fuerza.

Me sentí el hombre más feliz del mundo.

Me había confiado en mi.

Me había confiado su propia vida.

Me había sujetado lista para morir a mi lado.

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Dedicado una de mis queridas lectoras: Tn_official1024 gracias por apoyarme <3














Por que mierda me enamoré de Ti ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora