17 | No eres nada para mi.

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NO ERES NADA PARA MI

Una hora antes

Railey

Veía borroso y mis oídos pintaban mientras intentaba gobernar a mis parpados.

-Railey -Lo reconocí de inmediato, y me dolió sentir el dolor tras la vibración de su voz.

-hag agth -intentaba hablar pero mi boca solo balbuceaba cosas inteligibles.

-Pareces un monstruo de lo más adorable -confesó con una sonrisa.

-humm

-No intentes hablar -me aconsejo. -Lo siento, siento tanto todo esto.

Tras estas palabras me acerco una botellas de agua. Bebi un gran trago y mi garganta recupero la recompostura.

-No pasa nada, estoy bien  -logre pronunciar.

-No, esto no es bien -su rostro se contrajo en una mueca apenada en apenas un terció de segundo.

-Si que lo estoy -intenté convencerle - y aún más si te tengo aquí.

Lucas serio con su perfecta sonrisa.

Me encanta verle preocupado por mi, era tan sexy oír sus lamentos con esa voz tan grave.

Soy un poco mala persona por fijarme en eso en tal situación, pero que se le va ha hacer.

-Railey quiero pedirte algo -me comentó nervioso.

Me toco la mano y se me puso la piel de gallina, no sabía que querría.

-¿Si?

-Quieres salir a cenar esta noche.

Vale he oído bien, me quería llevar a algún sitio a cenar. Eso suena increíble, bueno sonaría si no estuviera en un hospital.

-Yo quiero pero no se si puedo..

-Patrick ha dicho que lo más seguro es que puedas salir esta tarde, que no es nada grave.

-Vale -acepte sonriendo.

El se levantó me beso la cabeza y me plantó cara :

-No se que especie de relación tienes con Alex, pero solo quiero que sepas que me tienes aquí para ayudarte en lo que necesites.

-Gracias -respondí automáticamente.

Apreció mucho a Lucas y lo conozco lo suficiente para saber que este comportamiento nace de la preocupación por mi, el es impulsivo, seguro en cierta medida, buena persona, solo espero que sepa lo que haga, porque lo aprecio lo suficiente para no querer perderlo por un malentendido.

-No hay de que, ahora te dejo descansar.

-No te valles - dije automáticamente que medio hasta vergüenza.

El se giro hacia mi me dedicó una media sonrisa.

-No me voy a ningún sitio, soy tu Robie Hood ¿recuerdas?

Una franca sonrisa nació de mis labios, acto seguido el me miro con emoción absoluta desapareció por la puerta.

Tras veinte minutos kilométricos mi madre apareció por la misma puerta.

-¿Railey estas bien? -Pregunto más histérica que preocupada.

-Lo estoy mama.

-No se que haces para siempre terminar en tales lio, eres un caos, mi caos.

Por que mierda me enamoré de Ti ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora