TRES DÍAS DESPÚES
Mensaje de voz de Railey para Alex:
Alex sé que estás muy liado con tu padre, que por eso no respondes a mis mensajes, a mis llamas, pero por favor, por favor, te lo suplico, vuelve, te necesito. Edward me ha dejado, mi hermano, no volverá nunca, y duele, duele muchísimo, me esta matando, quiero, necesito... te necesito a ti por favor, te lo ruego, ven, por favor, Alex, no creo poder aguantar este dolor por mas tiempo, te necesito, por favor vuelve antes de que comenta una locura, por favor, amor, ere mi única esperanza. Te lo suplicio.
36 HORAS ANTES DEL 5 DE MAYO
Alex
Una sonrisa condecora mis labios salgo del avión como los demás pasajeros, muerto de ganas por hablar con mi Railey.
Espero a que mi equipaje salga de la cinta, al visualizar la maleta la agarro, ya me empiezan a cosquillear los dedos y no lo aguanto más, agarro el móvil para escribirla.
Pero unos brazos inmovilizan mis manos detrás de mi espalda, el móvil cae al suelo hecho pedazos.
- ¿Qué coño hacéis? – intento girar la cabeza para divisar los rostros, de los dos hombre.
-Alex – reconozco su voz de inmediato, incluso antes de volver a girar el rostro para el frente.
-Padre – le miro asombrado - ¿Qué es todo esto? – exijo saber.
-Te están deteniendo hijo – me dice con una sonrisa, le miro con dolor.
-Padre por favor haz que me suelten -pido.
-Es tarde, una condena te espera – narra con orgullo.
- ¿Pero por qué? – exijo saber mientras noto las esposas apretarme las muñecas, él me sonríe con autosuficiencia, y se de inmediato que es cosa suya -Padre hare lo que quieras, ganaré la liga por ti, cualquier cosa, pero haz que me suelten – no me importa suplicar, debo volver con Railey, se lo prometí.
-Ya no te necesito – me grita – estoy arto de ti, así que me voy a asegurar de mantenerte preso unos largos veinte años.
Me quedo con la boca abierta, se le ha pirado la pinza.
Los policías me llevan, mientras yo grito:
- ¡Padre! ¡Padre! – con la voz rasgada.
SEIS MESES DESPÚES EN ZELINTO
Railey
Mi abrigo apenas me mantiene caliente, hace meses que nada me calienta realmente. Es una de esas pocas veces que nieva en Madrid, siento que es como todo un milagro.
Es preciosa, la nieve puede llegar a ser muy reconfortante, dejo las cajas en el suelo, para colocarme mejor el gorro y los guantes. Después inclino mi cabeza hacía el cielo, cierro los ojos y me relajo al sentir como los copos cae con delicadeza sobre mi rostro, apenas nieva en estos momentos, pero es más que suficiente para que sonría con los ojos cerrados.
Creo que es la primera vez que sonrío desde... hace meses.
-Ya estoy, ya estoy... – me giro para ver a Pedro con un abrigo enorme muy parecido a el mío, medio patinando medio maniobrando sobre la nieve para correr con más cajas en las manos – Siento llegar tarde es que estaba con...
-Candela lo se no te preocupes, lo importante es que hallas llegado – digo cogiendo las cajas nuevamente.
Llevan saliendo tres meses, es muy divertidos cuando me obligan a salir con ellos por ahí, porque son de esas parejas que se chinchan más que se dan besitos, cada día puedo elegir si ser team Candela o team Pedro.
Entramos al orfanato donde una mujer nos atiende, y nos deja entrar a la sala general donde los niños buscan sus respectivos regalos de lo poco que dona la gente. Es muy triste, aunque yo nunca haya recibido un regalo de Navidad, es por un motivo distinto, ellos tienen esa ilusión en los ojos que me rompe.
-Hola – me acerco a una niña pequeña de unos cinco años. Abraza a un peluche ya muy dado de sí.
-Hola – me saluda tímidamente, tiene una sonrisa muy bonita.
- ¿Has recibido algún regalo de Navidad? – le pregunto, sus ojos se quedan prendados por mi collar.
Sonrió, me lo quito y se lo pongo.
-Este es tu regalo – anuncio.
- ¿De verdad? – pregunta tocando y mirándome alucinada.
-Si – aseguro.
Me abraza fuerte, me llena tanto que sonrío, sonrío por segunda vez en hace meses.
SEIS MESES DEPÚES EN WINCONSIN
Alex
-Hey tu – le susurro al grandote con tatuajes hasta en el cráneo, literalmente.
Se gira con mal humor hacía mí.
- ¿Qué quieres Zahorio? – se burla sin expresión alguna, es como si tuviera cara de ladrillo.
Y si, el naranja de la ropa de preso junto a mi cabello hace que parezca una zahoria. Tiene envidia, porque al menos yo tengo pelo en la cabeza.
- ¿La fuga sigue en pie verdad? – pregunto. No quiero hacerlo solo para no caer en una condena más grande.
-Ya te he dicho que debes poner tu parte – dice.
-Pero estamos en la cárcel no tengo aquí nada, cuando salgamos...
-Así no funcionas la cosas, pagas o nada – expone tangente.
-No tengo nada que pueda darte.
Mira hacía mi mano fijamente.
>> No puedo darte el anillo, es algo muy importante para mí – explico como si ese gorila me fuese a entender.
-Pues cumple tus veinte años de condena, nadie te ha dicho que robes información confidencial del estado – suspiro, ¿Robar información del estado? No se le ocurrió nada mejor al hijo de puta.
-Vale de acuerdo te doy el anillo, pero como no funcione te parto la cara – aviso.
Se ríe fuertemente, nunca antes le había visto reírse, ni si quiera parpadear.
-Me encantaría verlo, zanahorio.
FIN
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Por que mierda me enamoré de Ti ©
Teen FictionRailey es una chica de dieciséis años con un pasado que creyó haber afrontado. Se muda junto a su familia de Canadá a España con la esperanza de empezar de nuevo. Pero tan solo en su primera semana debe intentar no derretirse frente a su nuevo vecin...