39 | Me gustas, tu no Él

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ME GUSTAS TU, NO ÉL

Lucas

Estaba analizándola cuando de repente desapareció en sus pensamientos, primero la vi sonreír como si echase de menos a alguien tras confesarme que estaba pensando en él, en Pedro.

¿Cómo puede pensar en el estado yo delante?

Como lo defiende y habla de él me demuestra que ya se ha ganado un lugar en su pecho, y me gustaría decir que me da igual, que no me importa. Pero me hierve la sangre al ver como sonríe al hablar de él, como piensa en el delante de mí haciéndome sentir nada, porque es así como me siento ahora, como absolutamente nada.

Con la pasión con la que lo detalla me frustra demasiado y sé que no es normal pero no lo puedo evitar.

La miro y ella mira al cielo, cuando se queda callada sé que sigue pensado en Pedro, pero por un instante lo olvido y me quedo detallándola.

Ese perfil perfecto, con la nariz entre redonda y alargada de tamaño medio, sus pestañas kilométricas me dejan en embobado y sus ojos son simplemente increíbles, sus pequeños labios son preciosos.

Toda ella es preciosa y no sólo físicamente.

Pero lo que me atormenta es no saber que la pasa, ¿Por qué no duerme por las noches?

¿Qué es aquello que le duele y le cansa?

No quiero saberlo, lo necesito, porque, aunque se ve preciosa, no puedo evitar estremecerme al ver sus ojeras, sus facciones que apenas brillan.

¿Qué le ha pasado que yo no me he enterado?

¿Qué te ha pasado Railey?

Veo como las lágrimas alcanzan su ojo, pero no se atreven a salir y algo en el pecho se me congela.

- ¿Railey estás bien? -Me oigo preguntar alarmado.

Pero ella sigue pensando en algo, algo que la atormenta.

Pongo mi palma en su hombro cuidadosamente haciendo que nazca una corriente eléctrica en mi pecho que después recorre todo mi ser.

Ella se gira hacia mi dejando caer una lagrima.

Me duele verla así. Mucho.

- ¿Estas bien? -Pregunto.

Ella solo me asegura que si con un movimiento de cabeza. Y sin pesarlo dos veces la agarró y tiro de ella hacia mí.

Railey choca con mi pecho y espero a su reacción de rechazo. Pero no se levanta es más se acurruca en mi pecho provocándome miles de esas corrientes que parecen fuegos artificiales.

Agarró la cobija y la extiendo entre nuestros cuerpos para calentarnos más de lo que ya estamos por el simple contacto.

- ¿Estás bien? -Vuelvo a preguntar tranquilamente mientras acaricio sus rizos.

Huele a ella y me encanta, es dulce y amarillo, huele a vainilla. Podría rodearme de este olor todo el día y no cansarme.

-Estoy bien -me responde apagadamente.

Siguió acariciándola y disfrutando del momento, me gustaría decir que estoy relajado, pero estoy tenso ya que todos los sentimientos y pensamientos me están volviendo loco.

- ¿En que estabas pensado? -Pregunto al cabo de un rato.

-En qué me ha dejado -escucho como se le rompe la voz al hablar y se me cae el alma al suelo.

¿Quién le ha dejado? A que ser subnormal para dejar a esta chica. Noto mi cuerpo contraerse y evitó apretar las manos de la rabia.

-Lo siento -le contesto más tranquilo.

Por que mierda me enamoré de Ti ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora