16 | Haz Lo Correcto

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HAZ LO CORRECTO

Edward

Mis ojos temblaban mientras intentaba mantener la vista al frente del volante. Las luces de las calles que veía a través de la ventana, crecían y decrecían de tamaño rápidamente, formando perfectos círculos lumínicos.

Los coches a mi espalda me reclamaban con el claxon. Pero yo estaba ocupado pensando en mi pequeña.

No es un secreto el inmenso amor que hay entre Railey y yo.

Quiero a mi hermana más que nada que mi imaginación me pueda mostrar.

Y por eso mi cuerpo se descontrolaban evitando un correcto funcionamiento.

No podéis ni imaginar las ganas que tenía de plantarles un puñetazo a esos dos gilipollas.

Pero quien mierdas se creían al provocar que cayera al suelo y para el colmo la dejaron ahí, mientras los machotes de masculinidad frágil se peleaban a golpes. Definitivamente la mayoría de hombres de hoy en día son idiotas.

Llamarme inaprensible o lo que queráis, pero si yo veo a alguien en el suelo, por mucho que no sea Railey correría a ayudar. No a soltar palabrería barata.

Me nublaba el juicio de solo imaginarla desangrado a tal punto extremo, mientras los cabeza mosquito canturreaban.

Se que Railey puede parecer muy ingenua e inocente, y no diga que no lo sea. Pero no es tonta, no tanto para dejan que un si vergüenza la hiciese algo. Lo peor es que no es cualquier sinvergüenza, es Alex.

El muy odioso de Alex.

Pero por mucho que quisiese usar la fuerza para solucionarlo, no lo hice. Porque ese no era yo, así no me habían educado de tal manera. Además sabía que eso causaría más caos y dolor para Railey.

Baje del coche y me dirigí al hospital en que trabajaba Patrick. Al entrar una amable mujer de recepción me indico donde pondré encontrar a mi hermana. Al llegar frente a la puerta me detuve delante de Lucas, que se haya conversado con Patrick.

Quería decirle algo, soltarle cualquier cosa, pero yo era de esas persona que pensaba antes de actuar, solo así las cosas podrían resultar de manera gratificante.

Decidí ignorarlo, se que eso le notaria más mal que si me pelease con el, que se sentiría culpable, porque con ese acto le mostraba que el era el problema.

Y eso es lo que quería, nadie le hacía daño a Railey y se iba de rositas.

Ni siquiera Alex.

-¿Donde está Railey? -Pregunté dirigiéndome exclusivamente a Patrick.

-Edward, está dentro con Olga -me señaló las puerta con el número cinco.

Note los ojos de Lucas sobre mi pero yo no le observe ni por un mero segundo.

-Voy a entrar -le avise alejándome de ellos.

Al traspasarla puerta contemple a mi hermana tumbada en una camile penetraba sus venas del brazo hiriendo su pálida tez. Y a mí madre con la cabeza apoyada en la camillas y  a su vez sentada a su lado en una silla.

-Edward -chillo Railey.

A veces se me olvidaba que ya no tiene cinco años, pero cada vez que pronuncia mi nombre recuerdo esa pasada ella.

Mi pequeña princesa a la que protegía como su caballero de escudo brillante.

Por mucho que creciera yo siempre haré lo imposible para que siga respirando, cerca o lejos de mí, pero respirado.

Por que mierda me enamoré de Ti ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora