CAPITULO 254 * NO MOLESTES A ZEYNEP*

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💭‘¿No son padre e hija? Se parecen muchísimo. ¿Me habré equivocado?’.💭

Después de pagar, Sinan caminó hacia el carrusel con Zeynep en sus brazos.

_Sinan: “¿En cuál quieres montar, pequeña?😃 ¿En el caballo azul, en el avestruz amarillo o en el trineo de Papá Noel?”. 😌

Durante un buen rato, no recibió respuesta alguna de la niña, y justo cuando estaba a punto de darse por vencido y elegir un animal él mismo, ella extendió su manita y señaló el caballo azul.

Entonces Sinan se subió al pequeño caballo con ella, y luego se aseguró de que estuviera bien atada. Podían oírse los alegres gritos de los niños a su alrededor. También había parejas jóvenes sin hijos montando en la atracción. En ese momento, Sinan decidió que, algún día, tenía que llevar a Miray para que también montara en el carrusel. Estaba bastante seguro de que ella no había ido allí desde hacía mucho, y quería que disfrutara eso. Tres minutos después, el carrusel comenzó a girar, y la canción ‘Suéltalo’ comenzó a sonar en los altavoces.

Entonces, Sinan comenzó a tararearla para Zeynep.

🎶 “La nieve brilla esta noche aquí más. Ni una huella queda ya.
Soy la reina en un reino de aislamiento y soledad.
El viento aulla y se cuela en mi interior… “. 🎶

Mientras sostenía su pequeño cuerpo con un brazo y la estrechaba suavemente con el otro, dejaba que su manito se moviera de un lado a otro al ritmo de la música.

Zeynep miró a Sinan, quien también estaba actuando como un niño, permitiéndole mover su mano hacia adelante y hacia atrás. Ella no se resistió, porque realmente se lo estaba divirtiendo… Aunque la niña no hablaba, le pareció que Sinan era muy especial, en ese momento actuaba como si fuera un niño, y estaba disfrutando más que la pequeña. Cuando se detuvo el carrusel, Sinan saltó primero e hizo que Zeynep se agarrase con fuerza, y luego la desabrochó y la ayudó a bajar. Cuando ella ya estaba abajo, sonó su teléfono. Zeynep se quedó quieta y lo miró mientras hablaba por el celular. Después de un rato, extendió su mano y sostuvo uno de los dedos de Sinan.

Él sonrió, sostuvo su manito y le dijo a Tobias por teléfono.

🤳

_Sinan: “Ya hablaremos de eso cuando regrese. Estoy ocupado ahora”. 😌

Entonces, Zeynep tiró de él y comenzó a caminar, parecía que quería ir a algún sitio en concreto. Sinan se agachó un poco para seguirla. Lo cierto era que la seguiría a donde ella fuera. La niña se detuvo finalmente en una tienda de zumos frescos y miró las fotos en el menú. Era demasiado pequeña para poder leer lo que estaba arriba, por lo que se paró a observar los anuncios en el lateral. Fue entonces cuando Sinan captó la indirecta: ella tenía sed. Entonces, levantó a la pequeña del suelo, señaló las fotos y preguntó.

_Sinan: “¿Quieres un zumo, verdad, Zeynep?😃 Tienen zumo de mango, de pera, de fresa y manzana, de cereza, de fruta de dragón y de plátano. ¿Cuál quieres?”. ☺️

Pensó que Zeynep no respondería a su pregunta, o que, tal vez, solo señalaría la imagen con el dedo, pero, para su sorpresa, la preciosa niña lo miró y dijo.

_👧: “Cere…”. 😮

Aquella voz suave y cariñosa hizo que a Sinan le gustara aún más la niña.

💭‘¿Cere?’💭, pensó para sí.

_Sinan: “¿Quieres un zumo de cereza?”😦, preguntó él mientras señalaba la foto. Zeynep asintió y señaló la imagen también. “Un vaso de zumo de cereza recién exprimido, por favor. ¡Gracias!”,😊 le dijo él al dependiente.

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