Acaparas la manta

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Jisoo te envió una sonrisa reconfortante mientras salía del baño y se dirigía a la cama.

No pudiste ocultar las mariposas que revoloteaban en tu pecho cuando se metió en la cama a tu lado. No es la primera vez que pasas la noche con ella, pero nunca parece importar la frecuencia con la que te quedas. Ella te hace tan feliz y la idea de estar en sus brazos durante toda la noche siempre hace que tu corazón salte de felicidad.

-¿Estás caliente? -Comprueba mientras los arropa a los dos bajo la manta.

Tenías calor; no sólo por las mantas, sino también porque le habías robado la sudadera con capucha un rato después de llegar aquí esta noche.

Así que asentiste con la cabeza y cerraste los ojos mientras ella se acomodaba a tu lado. Apagó las luces y puso su mano en tu costado mientras su cabeza caía sobre la almohada y sus propios ojos se cerraban.

-Buenas noches, T/n. -Susurró, pero sabía que cuando no respondías era porque ya te habías dormido. Sonrió para sí misma y comenzó a alejarse mientras todo lo demás se desvanecía.

Estaba casi dormida cuando sintió que te agitabas en su abrazo. No pensó mucho en ello. Ni siquiera abrió los ojos.

Eso fue, hasta que, sintió que se removía un poco más y sintió que la manta se deslizaba sobre ella. Sus ojos se abrieron en cuanto un escalofrío recorrió sus omóplatos.

Era imposible enfadarse contigo, teniendo en cuenta que estabas profundamente dormida y parecías un ángel. Suspiró y trató de quitársela, pero usted la tenía bien agarrada, lo que hacía imposible que se retirara sin más.

No quería despertarte, pero tenía un poco de frío y estaba tan cansada como tú. Así que, de mala gana, empezó a frotar las yemas de sus dedos por tu brazo y por tus hombros.

Te revolviste y abriste los ojos, torciendo el cuello para mirarla. -¿Jisoo?

-Shh. Está bien. Siento haberte despertado, pero no me dejaste mucha opción ya que acaparaste la manta. -Se burló.

Miraste hacia abajo y encontraste toda la manta sobre ti. Apartaste parte de ella y la colocaste sobre ella. Ella la colocó sobre sí misma y se sintió acogedora una vez más.

Esta vez te rodeó con su brazo y te dio suaves besitos en el cuello. Suspiraste suavemente y cerraste los ojos una vez más.

-¿Ya tienes más calor? -Murmuraste y, a juzgar por tu voz cansada, ella supo que estabas a punto de volver a dormirte. Ella se rió y te besó suavemente la oreja antes de dejar caer su cabeza junto a la tuya.

-Sí, cariño. Me siento mucho mejor. Duerme bien y ten dulces sueños. -Te susurró al oído mientras cerraba los ojos una vez más.

-Tú también, Jisoo. Buenas noches.

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