Está enferma

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-¿Jisoo? ¿Segura que estás bien? -Le preguntaste mientras te arrastrabas bajo las sábanas a su lado. No había forma de disimular la preocupación en tu voz porque verla así era motivo de preocupación.

Se quejaba, gemía y se agarraba el estómago o intentaba desesperadamente encontrar una posición cómoda que aliviara el dolor. Podías ver las gotas de sudor que se acumulaban en su piel ya húmeda. Su piel perdía un poco de color y empezaba a estar un poco verde, aunque te mentía y te decía que no se sentía mal cuando se notaba que sí.

-Estaré bien. Sólo quiero descansar. -Murmuró y abrazó la manta con más fuerza mientras un escalofrío recorría su columna vertebral.

Sabías que no estaba bien. Tenías la sensación de que si cerrabas los ojos y te quedabas dormido de alguna manera lo más probable es que te despertaras con ella enferma. Sin embargo, querías que descansara lo más posible. Así que dejaste la conversación y dejaste que se durmiera.

Apagaste la luz y la cubriste con otra manta. Como tenía escalofríos, querías que se mantuviera caliente y calentita, así que le dejaste la manta que solíais compartir durante la noche; o durante el tiempo que necesitara.

Te quedaste despierta. Tu creciente ansiedad no te dejaba dormir. Podías oír los gemidos que salían de sus labios por lo incómoda que se sentía. Podías ver que estaba temblando y lo único que querías era rodearla con tus brazos y abrazarla para tratar de calentarla. Pero su estómago ya estaba dolorido y no querías hacerla sentir peor de lo que ya se sentía.

Te quedaste quieta y callada. Pronto, tus ojos empezaron a caer. Pero antes de que pudieras pensar en ceder a la sensación de sueño que te invadía, Jisoo se sentó rápidamente haciendo que tus ojos se abrieran.

-¿Jisoo? -Te sentaste y te acercaste un poco más. Rozaste con tu mano su hombro y pudiste sentir que su camisa estaba húmeda por el sudor que rodaba por su piel. Te mordiste el interior de la mejilla, esforzándote por mantener la calma por ella cuando tu mente se desbocaba.

-Me siento peor... -Confesó seguido de un gemido que salió de sus labios.

Apartó la manta y cerró los ojos.

Pero no había forma de combatir la sensación de malestar que la invadía rápidamente. Tragó con fuerza, pero sus ojos se abrieron de golpe un segundo después y se precipitó fuera de la cama hacia el baño.

Usted la siguió. Tu corazón se hundió en su pecho al verla con tanto dolor y tan enferma e incómoda. Le sujetaste el pelo e intentaste consolarla susurrándole suavemente al oído. Tu voz era un poco temblorosa ya que estabas un poco nerviosa al verla en ese estado. Pero le frotaste la espalda e hiciste todo lo posible para ayudarla a pasar esos terribles y agónicos momentos.

-¿Estás bien? ¿Te sientes mejor? -Le preguntaste cuando tiró de la cadena y se recostó contra ti. Se quedó callada un momento mientras se concentraba en recuperar el aliento.

-Sí, creo que ya me siento mejor.

Le diste un beso en la coronilla y te levantaste. -Me alegro de oír eso, cariño. Deberíamos llevarte a la cama para que puedas descansar.

Ella temía la idea de levantarse porque sentía las piernas como gelatina. Pero tomó su mano y de alguna manera se puso de pie.

-¿Por qué no te cepillas los dientes? Enseguida vuelvo.

Te aseguraste de que se mantuviera en pie antes de salir del baño para volver al dormitorio. Te aseguraste de que el cubo de la basura estuviera cerca de la cama, por si necesitaba volver a vomitar. También cogiste una de sus camisas limpias del armario para que se cambiara y
le diste un poco de agua fría.

Salió del baño lentamente y la ayudaste a acostarse. La ayudaste a ponerse la camisa limpia y luego la ayudaste a meterse bajo las sábanas. Le pusiste la mano en la frente. Sentía un poco de calor, pero no terriblemente, lo que alivió bastante tus preocupaciones.

-¿Necesitas algo más?

Ella negó con la cabeza y cerró los ojos cansados. -Sólo que te acuestes conmigo.

Asentiste y te subiste a su lado. Le pasaste la mano por el hombro y observaste cómo su pecho subía y bajaba sin cesar.

-Espero que te sientas mejor pronto, cariño. Sabes que estoy aquí si necesitas algo. Te amo. -Susurró mientras pasaba los dedos por su pelo.

-Yo tambien te amo. -Ella susurró antes de quedarse dormida.

Jisoo Imaginas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora