Con ganas

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-Oh, Jisoo -dijiste mientras acariciabas su lado de la cama cuando ella salió del baño.

Después de tirar la toalla en el cesto de la ropa sucia, se dirigió hacia ti y no pudiste evitar morderte un poco el labio al ver que sólo llevaba una camiseta larga que le llegaba a los muslos.

-¿Sí, cariño? -habló mientras se tumbaba en la cama a tu lado.

-¿Tienes alguna idea de cómo te gustaría pasar la noche?

Acercándote a ella, paseaste tus dedos por su brazo mientras su respiración se entrecortaba.

-No-. Ella dijo. -¿Y tú?

-Podría decirse que sí-. Dijiste mientras te burlabas más de ella. -¿Y si dijera? -hiciste una pausa, acercando tus labios a su oído. "Que tengo ganas.

Las palabras que salieron de tus labios en un susurro hicieron que un escalofrío recorriera su espina dorsal y cuando te apartaste para ver su reacción, ella te sonrió y de repente te puso encima de ella.

-Oh, gracias a Dios que has dicho eso -dijo, un suspiro de alivio saliendo de sus labios. -Tenía ganas desde que llegué a casa del entrenamiento.

Puso sus dedos bajo tu barbilla y besó tus labios un par de veces.

-¿Sí? hablaste contra sus labios.

-Oh, claro que sí, nena -dijo antes de volver a besarte, esta vez más profundo y febril que antes.

Intentaste apartarte para volver a hablar con ella, pero te fundiste en sus dulces labios y en sus apasionados besos.

Y las palabras en la punta de la lengua desaparecieron mientras se perdían la una en la otra.

Ver que llevabas una de sus camisetas y un pantalón de pijama la volvió loca, y te dio la vuelta, bajándote el pantalón.

-Eres tan sexy-. Dijo. -Podría besarte y tocarte todo el día.

Empezó a subirse la camiseta que tenías puesta, sus labios tocaron tu cuello y tu mandíbula mientras dejaba chupetones en tu piel.

-Jisoo -suspiraste. -Nena, no te metas mucho en esto?

-¿Por qué no, cariño? -dijo mientras empezaba a besar tu pecho y tu estómago. -Pensé que habías dicho que tenías ganas.

-Lo estoy-. Dijiste antes de apartarla suavemente, tu mano cayó sobre su mejilla. -Cariño, ¿qué crees que quise decir cuando dije que tenía ganas?

-¿Qué clase de pregunta es esa? -se rió. -Obviamente, querías decir, bueno, ya sabes -dijo, levantando las cejas sugestivamente antes de empezar a besar tu cuello.

-Oh, Jisoo, no. Me refería a que tenía ganas de un helado.

Se apartó de ti y apretó la mandíbula mientras te miraba con incredulidad y decepción.

-¿Helado? ¿Estás hablando en serio? Eso no tiene gracia.

-¿Qué pasa?

-Oh, no empieces. Ya lo sabes. Cuando dices que tienes ganas, pensé que querías hacer otra cosa. Algo bueno-. Dijo mientras hacía un puchero a tu lado.

-Lo siento.

-Claro que sí-. Ella refunfuñó. -Ve. Toma tu helado. Estaré aquí cuando vuelvas.

-No, cariño, quiero que vengas conmigo-. Dijiste mientras tomabas su mano entre las tuyas. -¿Por favor?

-¿Y qué hay para mí? No quiero helado-. Dijo mientras te miraba fijamente, con los ojos llenos de esperanza.

-Qué tal si te vienes conmigo y luego, cuando lleguemos a casa, hacemos lo que querías.

-¿Si? -preguntó ella. -Entonces, ¿lo que dices es que puedes tener tu postre y yo también el mío?

La viste levantar las cejas un par de veces más.

-Oh, sí -sonreíste.

-Bueno, ¿por qué estás sentada ahí con tu lindo trasero? Ve a prepararte, ¡vamos a ponernos en marcha!

Soltaste una risita antes de que ella te sacara de la cama, queriendo apresurarse a tomar el helado para poder volver a casa a toda prisa.

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