Alguien irrumpe en tu casa

279 10 0
                                    

Estabas frente a la puerta de tu casa con tus dedos enredados en los de Jisoo y sus labios en los tuyos en un beso apasionado.

-Te amo-, susurró al separarse y luego te besó la mejilla mientras sonreías feliz. -Te veré mañana, cariño, y te enviaré un mensaje cuando llegue a casa.

-De acuerdo. Yo también te amo.

Llevó tu mano a sus labios para darte un cariñoso beso en los nudillos antes de soltarte y empezar a bajar por la acera para caminar las pocas manzanas de vuelta a su casa.

Entraste en tu casa y empezaste a subir las escaleras hacia tu habitación. Has pasado la mayor parte del día con Jisoo y, aunque has disfrutado cada segundo, empiezas a estar un poco cansada.

Pensabas lavarte los dientes y cambiarte de ropa antes de acurrucarte en la cama con una buena película puesta y esperar a que Jisoo te enviara un mensaje de texto para hablar con ella antes de dormirte.

Tu teléfono sonó con un mensaje de tu novia en cuanto entraste en tu habitación.

Estoy en casa y ya te echo de menos.

Te reíste alegremente, sintiendo que las mariposas aparecían en tu pecho. Le dijiste que tú también la echabas de menos antes de ir al baño y prepararte para la noche.

Te metiste bajo las sábanas unos minutos después, apagando las luces y encendiendo la televisión. Estabas a punto de ponerte cómodo y enviarle un mensaje de buenas noches a Jisoo, cuando de repente oíste un fuerte sonido procedente del piso de abajo.

Te sentaste en la cama, congelada y conteniendo la respiración mientras esperabas a ver si oías algo más.

Lo que siguió sonó como un traqueteo que provenía de tu cocina. Frunciste el ceño y saliste de tu dormitorio para asomarte al exterior. El estruendo se hizo más fuerte y, para tu horror, también oíste una voz y pasos en el suelo, que se dirigían a la escalera.

Te asustaste y fuiste corriendo a tu habitación. El suelo crujía bajo tus pies y sabías que se iba a oír.

Te apresuras a entrar en tu habitación y cierras la puerta con llave antes de coger el teléfono y llamar a la policía.

Oíste el crujido del suelo fuera, en el mismo lugar donde habías hecho lo mismo hacía un momento. Estaba justo delante de la puerta de tu habitación.

Quien quiera que estuviera en tu casa estaba ahora fuera de tu habitación, y sólo se volvió más aterrador cuando el pomo de la puerta empezó a sacudirse mientras el intruso intentaba entrar en la habitación.

Saliste de tu habitación y te metiste en el baño, donde cerraste la puerta con llave y trataste de mantener la calma y el silencio mientras hablabas con la operadora.

Te aseguró que la policía estaba en camino. Pero no pudieron venir lo suficientemente pronto. Porque, para su horror, la puerta de su habitación se abrió de golpe.

Contuvo la respiración mientras su corazón empezaba a martillear contra su pecho. Oíste pasos fuera de la puerta, viste la sombra de unos pies bajo la puerta.

Oíste golpes y lo que parecía ser el intruso rebuscando entre tus cosas. Dejaste escapar un suspiro de alivio cuando recorrió la habitación para encontrar las cosas que quería llevarse.

Pero sus planes se vieron frustrados por el ulular de las sirenas que se acercaban a la manzana y, muy pronto, a tu entrada.

Oíste que unos pasos de carrera salían de tu habitación, pero no te atreviste a abrir la puerta, por si acaso.

Esperaste uno o dos minutos angustiosos antes de oír la estática de la radio y a dos personas gritar en tu habitación que eran policías.

Desbloqueaste la puerta y te asomaste al exterior, encontrando a dos policías que miraban en tu dirección. Con las rodillas temblorosas, te acercaste a ellos y te aseguraron que ya estabas a salvo.

Sin embargo, no te sentías segura. Y entre las lágrimas de tus ojos, llamaste a Jisoo.

Contestó al primer timbre y te sentiste un poco aliviado al oír su voz.

-Hola, cariño-, habló alegremente, pero el tono de tu voz era todo menos eso.

-¿Jisoo? -Lloriqueaste y ella supo enseguida que algo iba muy mal.

-¿T/n? ¿Qué pasa?

-Alguien entró en mi casa. Estoy bien pero tengo miedo. La policía está aquí pero todavía no me siento segura. Te necesito.

-No digas más, cariño, ¡voy para allá ahora mismo!

Se oyó un portazo seguido del sonido de unas llaves tintineando mientras ella se metía en su coche y lo arrancaba enseguida.

-Estaré allí en un par de minutos, lo prometo.

-De acuerdo-. Murmuró entre lágrimas y colgó el teléfono antes de abrazar ansiosamente sus rodillas contra el pecho y que la policía comenzara a hacerle preguntas.

Fiel a su palabra, ella estaba allí sólo un par de minutos después. Se apresuró a entrar y atravesar la puerta antes de correr a tu lado.

-¿Estás bien? -Preguntó preocupada y te abrazó mientras gemías y temblabas en sus brazos. -Te tengo, cariño. Estoy aquí, justo aquí.

El policía le tocó el hombro, ella los miró y dejó que le explicaran todo.

-Lo tenemos. Va a ir a la cárcel. Pero está conmocionada y no creo que deba estar sola por un tiempo.

-No te preocupes, no la dejaré ir-. Le aseguró y ahuecó tus mejillas manchadas de lágrimas en sus manos.

-Todo es un desastre-, murmuraste. -Estaba tan asustada.

-Lo sé, nena-. Habló suavemente y acarició tu mejilla. -Creo que deberías quedarte en mi casa por un tiempo. ¿Te parece bien?

Asentiste y apoyaste tu mejilla en su hombro.

-¿Necesitas algo? ¿Debo coger algo para ti?

-¡No! Por favor, no me dejes sola, Jisoo-, suplicaste y apretaste su mano con fuerza.

-No lo haré. No me iré a ninguna parte, lo prometo. Vamos, te llevaremos a mi casa. Te calentaremos y te pondremos cómoda.

-No voy a dormir esta noche.

-Está bien, lo entiendo-. Dijo mientras te frotaba la espalda y te llevaba a su coche. -Me quedaré despierta contigo. Nos acurrucaremos, merendaremos y veremos lo que quieras.

-De acuerdo-, murmuraste mientras ella te abría la puerta y te dejaba entrar antes de ir al lado del conductor y salir de la calzada para dirigirse a su casa.

No se iba a separar de ti. Iba a estar ahí, por el tiempo que la necesitaras.

Jisoo Imaginas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora