Jisoo Imaginas

Descubrir que te has tatuado

Jisoo abrió los ojos en cuanto sintió que te levantabas de la cama. Alcanzó a tomar tu mano con la suya, un pequeño gemido se escapó de sus labios al darse cuenta de que el sol brillaba, lo que significaba que la mañana había llegado.

-Oh. Buenos días, cariño-. Sonreíste mientras te dabas la vuelta para mirarla, tus dedos rodeando los suyos mientras te inclinabas para darle un beso en la mejilla.

-Buenos días, mi amor-. Ella dijo, un suspiro triste cayendo de sus labios mientras tus dedos se deslizaban de los suyos. -¿Qué haces saliendo de la cama tan temprano?

-Son las diez de la mañana-. Soltaste una risita mientras cruzabas la habitación a trompicones hasta el armario, volviendo a mirar a tu dulce pero somnolienta novia con una mirada de adoración.

-Es muy temprano para salir de la cama cuando ambas tenemos el día libre.

-Lo sé, pero llevo un rato despierta y me ruge el estómago. Necesito un poco de comida-. Dijiste y ella gimió, volviendo a apoyar la cabeza en la almohada mientras estiraba sus largas piernas.

Abrió los ojos unos segundos después, sonriendo al ver que te quitabas la camiseta.

Cayó a tus pies mientras cogías una de sus camisas más acogedoras, queriendo tumbarte hoy en su ropa y en sus brazos.

Pero vio algo en la parte posterior de tu hombro izquierdo que hizo que su sonrisa se desvaneciera y la dejó preguntándose si sus ojos le estaban jugando una mala pasada.

-¿Cariño? ¿Es eso un tatuaje? - Preguntó mientras se levantaba de la cama y caminaba hacia ti, curiosa por saber si estaba viendo lo que creía.

-Sí. ¡Me lo hice hace un par de semanas! -dijiste y sentiste que tu corazón se agitaba cuando sentiste sus dedos rozando tu piel tatuada.

Jisoo estaba fascinada por la tinta de tu piel; una cita que decía, set yourself free (libérate) con unas pequeñas pero preciosas mariposas revoloteando alrededor.

-Nunca me dijiste que te lo habías hecho-. Susurró mientras seguía mirándola, con la yema del dedo índice rozando suavemente las pequeñas mariposas.

-Quería que fuera una sorpresa, pero se me olvidó, porque las dos hemos estado muy ocupadas. ¿Qué te parece? ¿Te gusta?

-¿Gustar? Me encanta-. Susurró suavemente antes de besar tu suave piel tatuada. -Es impresionante, igual que tú, cariño.

-Gracias, mi amor-. Dijiste y tiraste de su camiseta por encima de tu cabeza, sólo para que ella la levantara y pudiera ver el tatuaje de nuevo. -Estoy obsesionada con él. Me encanta cómo ha quedado.

-Es impresionante-. Dijo ella. -¿Te dolió cuando te lo hiciste?

-La verdad es que no-. Dijiste, sonriendo mientras ella te rodeaba con sus brazos.

-Eres una galleta dura-. Ella te habló al oído, besando el lugar debajo de él. -Te quiero mucho a ti y a tu hermoso tatuaje.

-Yo te quiero más-. Sonreíste y una dulce risita salió de tus labios cuando ella volvió a besar tu piel, completamente hipnotizada por la tinta en ella; sólo le dio otra razón para amarte más.