Te asusta la oscuridad

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Jisoo y tú se reían con la película mientras se acurrucaban en el sofá, disfrutando del calor y la comodidad que les proporcionaba su acogedora casa frente a la tormenta que aún arreciaba en el exterior. Podías oír la lluvia que seguía cayendo, pero no te importaba tanto cuando estabas tan contenta dentro con Jisoo.

Hoy estuvo lloviendo durante todo el día. La noche había llegado hace apenas un par de horas, echando por tierra todos tus planes originales. Pero no te importaba pasar el día dentro; no cuando Jisoo estaba a tu lado.

Sin embargo, la comodidad que habías sentido anteriormente se vio arruinada por el corte de luz. Las luces que Jisoo había atenuado se apagaron por completo y la televisión se quedó en negro. La habitación estaba completamente a oscuras.

Tu corazón empezó a latir con fuerza en tu pecho. Levantaste la cabeza del pecho de Jisoo y trataste de distinguir las cosas en la habitación, pero estaba tan oscuro que no podías. Te agarraste instintivamente al brazo de Jisoo. Empezando a sentir un poco de pánico, apretaste su brazo sin querer, haciendo que ella hiciera una ligera mueca de dolor.

-¿T/n? -Ella tomó tu mano del brazo y la entrelazó con la suya en su lugar. Podía oír tu respiración rápida e inestable. -¿Estás bien? -preguntó preocupada mientras apretaba tu mano de forma reconfortante.

-N-No. ¡No me gusta la oscuridad! -Confesaste mientras inhalabas temblorosamente y exhalabas igual. -La energía volverá pronto, ¿verdad?

Aunque no podía ver tu cara, podía sentir tus ojos sobre ella. Casi podía imaginar el miedo en ellos. Era un pensamiento desgarrador. Pero, ella tenía una solución.

-No lo sé. Pero no hay que temer. Estoy aquí y tengo velas -dijo mientras soltaba tu mano para ir a cogerlas.

-¿Jisoo? Por favor, no te vayas lejos" -Suplicaste. Pero, por suerte, cuando las palabras salieron de tus labios ella ya las había encontrado y se dirigía de nuevo a la sala de estar.

Por un momento, hubo un silencio incómodo. Parecía que lo único que podías oír era el rápido latido de tu corazón golpeando tus oídos y tus pensamientos acelerados. Pero segundos después encontraste algo de alivio. Jisoo tarareó como si tratara de hacer algún ruido para asegurarte que seguía allí. Entonces, la habitación se iluminó con la luz de las velas.

-Ya esta -sonrió cuando sus ojos se cruzaron. Casi podía ver el alivio que te invadía. Encendió unos cuantos más antes de apagar la llama.

-Bien. ¿Qué tal? ¿Mejor?

No le respondiste verbalmente. Cuando se sentó de nuevo a tu lado, lo único que pudiste hacer fue rodearla con los brazos y subirte a su regazo. Su hermosa y contagiosa risa fluyó por la habitación, devolviendo la alegría a tu corazón. Su cálido aliento te acarició la oreja antes de besarla con cariño.

-¡Mi héroe! -Besaste su mejilla y luego pasaste tus labios por su cara, amando la felicidad que siguió y el brillo de sus ojos.

-Haría cualquier cosa por ti. -Dijo suavemente. -No sé cuánto durará este apagón, pero no tienes absolutamente nada que temer. Porque estaré aquí todo el tiempo y no me apartaré de tu lado.

Luego, con un beso en los labios, estaba cogiendo la manta del respaldo del sofá y arrojándola sobre los dos mientras volvías a recostar la cabeza en su pecho y te acurrucabas lo más cerca de ella que podías.

-¿Puedes contarme un cuento? ¿O cantarme?

No había nada más que hacer, así que ella hizo ambas cosas.

Ya no te importaba tanto el tiempo que durara el apagón; mientras tuvieras a Jisoo, sabías que estabas a salvo.

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