Eres pegajosa

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No dejaste que se notara, pero los suaves besos que te salpicaban el cuello te despertaron de tu apacible sueño. Fingiste estar aún dormido mientras Jisoo deslizaba su mano por debajo de tu camisa y te frotaba la espalda.

-Estoy tan feliz de estar de nuevo en casa contigo. Susurró y se acercó a besar su mejilla. Es la primera mañana que pasáis juntos desde que llegasteis a casa de la gira anoche. Jisoo estaba exultante, planeando pasar cada minuto posible a tu lado.

Te observó respirar durante un minuto. No tenía intención de despertarte ya que anoche tuviste una noche muy larga, ya que llegó más tarde de lo esperado y pasó unas cuantas horas hablando, escuchando y contando historias sobre las cosas que pasaron mientras estaban separadas.

Sólo pensaba ir a lavarse los dientes y a tomar algo. Te besó la cabeza y te susurró al oído un suave "ya vuelvo, cariño" antes de apartar las mantas para salir de la cama.

Pero tú le agarraste la muñeca con la mano y le impediste ir a ninguna parte. Ella se rió mientras caía de nuevo sobre el colchón. Enterraste tu cara en su cuello y te acurrucaste cerca de ella y su corazón se hinchó de amor ante la dulce visión.

-¿Me ibas a dejar?

-Iba a lavarme los dientes y a buscar algo de beber. Pensé que estabas durmiendo.

-Estaba fingiendo. Me desperté cuando me besaste el cuello.

-¿Sí? -Ella sonrió y se giró para besar tu mejilla un par de veces.

-Sí. Te echaba de menos. Echaba de menos despertarme así contigo. Estoy feliz de que estés en casa.

-Yo también, cariño-. Te susurró al oído y te acarició el costado con cariño. Pasó un momento; un momento en el que ambas se deleitaron con el calor de la otra y el amor que sentís el uno por el otro a través de dulces besos y palabras de amor. Pero ella rompió el silencio, suspirando y diciendo:

-Tengo sed.

Tú gimiste y la rodeaste con tus brazos.

-Ahora vuelvo. Lo prometo.

Desenvolvió tus brazos y te dio un beso en la frente antes de salir de la cama. Estaba a medio camino de cepillarse los dientes sólo un minuto después cuando te acercaste sigilosamente por detrás de ella y la abrazaste con fuerza.

Ella se sobresaltó, pero captó tu mirada cariñosa a través del espejo. Sus ojos parecían igual de adorables y suaves y, a través de la pasta de dientes con sabor a menta que tenía en la boca, al sentir que le dejabas besos en el hombro, se rió felizmente.

Se enjuagó la boca y se movió para que tú también pudieras cepillarte los dientes. Pero insististe en que se aferrara a ti mientras lo hacías y, aunque ella puso los ojos en blanco juguetonamente, no pudo negar lo lleno de amor que estaba su ahora acelerado corazón.

Cuando terminaste, ella apagó la luz y bajó las escaleras. Se dedicó a buscar comida en los armarios y a servirse un vaso de agua.

Tú te subiste a la encimera mientras ella iba barajando una idea tras otra de lo que debían hacer para comer juntos. Una vez decidido, se dirigió a los fogones, pero tú la detuviste.

-¿Jisoo? Ven aquí-, te quejaste con un puchero en los labios. Ella se dio la vuelta y descubrió que tus labios de puchero eran irresistibles.

Caminó hacia ti y dejó que la rodearas con tus brazos para acercarla.

-Eres tan hermosa-. Susurró y rozó con sus labios tus clavículas y omóplatos.

-No, tú lo eres-. Sonreíste.

-Te he echado de menos-. Dijo, dejando caer su frente sobre tu hombro. -Me gusta cuando llego a casa y te aferras a mí así. Me encanta estar de gira. Me encanta actuar y estar con las chicas y los fans. Pero es difícil cuando estás tan lejos de mí. Te quiero tanto.

-Te amo, Jisoo-. Hablaste antes de besarla. -¡Tengo una idea! Tal vez puedas meterme en tu maleta la próxima vez y llevarme a escondidas contigo. -Sugeriste y observaste cómo se le iluminaban los ojos antes de que echara la cabeza hacia atrás con una carcajada y comenzara a acribillar tu cuello con besos.

-Tendré que hacer algo, eso seguro. Porque la próxima vez vendrás conmigo. Te lo prometo, mi niña.

Jisoo Imaginas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora