Eres sonámbula

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Han pasado casi dos horas desde que tú y Jisoo subieron a la cama. Tuviste un largo día, tan cansado que te quedaste dormida en cuanto tu mejilla tocó la almohada.

Jisoo, sin embargo, cogió un segundo aire y parece que no puede dormirse. Mientras tú dormías a su lado, ella se dedicaba a mirar el teléfono y a contar ovejas hasta que se cansaba lo suficiente como para poder dormir.

Sus ojos se cerraron hace sólo unos minutos y estuvo a punto de caer en un sueño tranquilo. Sólo cuando sintió que la cama se hundía por tu movimiento, volvió a abrir los ojos.

Verte sentada en la cama la preocupó. Al principio pensó que estabas enfermo y te puso la mano en el hombro, sólo para que empezaras a hablar sola y apartaras las mantas antes de levantarte de la cama.

-¿Cariño? ¿Qué estás haciendo? - Preguntó y encendió la luz para ver cómo tus pies recorrían el suelo del dormitorio y salían de la habitación. Estaba demasiado preocupada como para pensar en dormir y empezó a perseguirte.

Te siguió por las escaleras hasta la cocina, donde te vio coger ingredientes al azar de los armarios y la nevera.

-¿Merienda de medianoche? -Se burló pero no le diste ninguna respuesta. -¿Si? ¿Cariño? -Se acercó por detrás de ti y puso sus dedos bajo tu barbilla para levantarla. Tenías los ojos vidriosos y murmurabas incoherencias mientras metías la mano en la despensa y cogías unas galletas.

-¿Eres sonámbula?

Se preguntaba más bien a sí misma, ya que estabas demasiado fuera de sí para entenderla. Estaba sorprendida. Nunca te había visto ser sonámbula, así que era algo fuera de lo común. Pero sabía que sería mejor si simplemente te convencía de volver a la cama en lugar de despertarte.

-Oye-, susurró y te frotó la espalda. -Bien, pequeña, dame las galletas y apaga la estufa y vamos a llevarte de vuelta a la cama.

-Ya que andas por ahí tráeme un té de burbujas.

-Sólo te sigo, nena, para mantenerte a salvo. Tú eres la que empezó a ser sonámbula. -Ella se rió y mantuvo su mano en la parte baja de tu espalda.

Apagó los quemadores y te guió fuera de la cocina y hacia las escaleras. -¿Esto va a ser algo habitual? ¿Debo esperar que seas sonámbula más a menudo? -Se preguntó mientras te metía en la cama, sólo para verte profundamente dormido una vez más.

-Bueno, al menos estuve despierta para ayudarte y no incendiaste la casa. -Murmuró mientras se arrastraba de nuevo bajo las sábanas contigo y cerraba los ojos. -Buenas noches, niña tonta. No más sonambulismo esta noche, ten dulces sueños en su lugar.

Y con un beso en la cabeza, cerró los ojos y se quedó dormida, sabiendo que su conversación sobre esto por la mañana sería ciertamente entretenida.

Jisoo Imaginas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora