Ella no sabe que sabes coreano

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—¿Estás nerviosa? —Preguntó Jisoo mientras te tomaba la mano con fuerza.

—Un poco, sí—. Dijiste, mordiéndote el labio tanto que te preocupaba que pudiera sangrar.

—¿Por qué? Son mis padres a los que vas a conocer.

—Actúas como si eso no fuera nada por lo que estar nerviosa.

Jisoo sonrió un poco mientras rozaba sus dedos sobre los tuyos.

—Sólo quiero gustarles.

—Lo harás, no te preocupes.

No te sentías del todo segura de ello pero te tragaste los nervios y respiraste hondo antes de soltar la mano de Jisoo y salir del coche.

—Deja de estar tan nerviosa. Todo va a salir bien—. Prometió Jisoo mientras ponía una mano en tu espalda y la otra en el pomo de la puerta.

Una vez que la puerta se abrió, entró contigo y siguió el sonido de las voces de sus padres.

—¡Eomma, appa! —saludó Jisoo al encontrarse con los ojos de sus padres desde el otro lado de la habitación.

Estaban cocinando la cena para que los cuatro la compartieran, pero al ver que Jisoo corría a abrazarlos, lo dejaron todo.

—¡Jisoo! —Su madre sonrió mientras la abrazaba con fuerza.

—¡Es bueno verte de nuevo! Te he echado de menos.— Dijo su padre en coreano mientras la abrazaba con fuerza.

Le estabas ocultando algo a Jisoo, algo en lo que has estado trabajando desde que supiste que sus padres querían conocerte.

Algo que te hace ilusión enseñarle.

—¿Es tu novia? —Preguntó su madre, todas sus palabras en coreano mientras te miraban al otro lado de la habitación.

—¡Sí! —Jisoo sonrió con orgullo, extendiendo su mano para que la agarraras.

Cuando lo hiciste, te atrajo hacia ella y empezó a contarle algo a su madre.

—No es muy buena con el coreano, pero lo está intentando —explicó Jisoo a sus padres, pensando que no podías entenderla a ella ni nada de lo que sus padres habían estado diciendo hasta ahora.

—Oh", dijo su padre con comprensión antes de mirarte. —Hola, soy...

—Mannaseo bangabseubnida.

Los ojos de Jisoo se abrieron de par en par.

En perfecto coreano, acababas de decirle a su padre "encantada de conocerte".

Su padre la miró a ella y luego a su madre y luego de nuevo a ti con una gran sonrisa bobalicona en la cara antes de abrazarte.

—Jeodo mannaseo bangawoyo —respondió.

Encantado de conocerte a ti también.

Tras soltarte, miró a Jisoo y negó con la cabeza.

—¡Y decías que no era buena con el coreano!

La madre de Jisoo y tú estallaron en carcajadas antes de que te atrajera para darte un abrazo.

—¡Anyeong yeppeun-i! —Su madre saludó felizmente, frotando su mano a lo largo de tu espalda con dulzura.

Hola, hermosa.

—Annyeonghaseyo —saludaste.

Y continuando en coreano dijiste algo que hizo que el corazón de Jisoo revoloteara.

—Ahora sé de dónde saca Jisoo su belleza.

Su madre jadeó, poniendo las manos sobre su corazón antes de mirar a Jisoo con ojos brillantes.

—¡Oh, Jisoo! ¡Geunyeoneun golkipeo!

Ella es una guardiana.

Jisoo se acercó a ti por detrás y te atrajo hacia sus brazos.

Puso su barbilla en tu hombro y escuchó mientras hablabas con sus padres en coreano, todo tan impecable y tan perfecto que era como si conocieras el idioma de toda la vida.

Mientras hablabas con la madre de Jisoo, su padre se apartó y fue detrás de ti hacia Jisoo.

—Geunyeoleul jeoldae bonaeji maseyo—. Le susurró a Jisoo, ambos te miraban con ojos orgullosos.

Nunca la dejes ir.

La mirada de Jisoo y la sonrisa en su cara le dijeron a su padre que no pensaba hacer eso nunca.

Mientras ponía la mesa, Jisoo seguía abrazándote y escuchándote hablar con su madre.

Te llevabas tan bien con sus padres que se preguntaba si estabas nerviosa en primer lugar.

—La voy a robar un minuto —le dijo Jisoo a su madre mientras su padre volvía al lado de su madre.

Te reíste cuando Jisoo te arrastró al otro lado de la habitación, donde podrían hablar en privado.

—¿Cuándo aprendiste coreano?

—Jennie me enseñó. Le dije lo nerviosa que estaba y por eso me ayudó a aprender todas las palabras y frases que necesitaría para hoy—. Explicó. —Quería causar una buena impresión, pero también quiero ser capaz de conectar con tus padres de forma genuina y es bueno hacerlo de la forma en que se sientan más cómodos.

—Eres increíble —dijo Jisoo mientras besaba tus labios suavemente. —Mi padre me dijo que nunca te dejara ir.

—Espero que le hagas caso.

Se rió mientras ponía sus manos en tus hombros.

—No tengo intención de dejarte ir nunca. Estoy loca por ti y mis padres te adoran. Creo que podrías ser lo mejor que me ha pasado.

Tu corazón se agitó y ella besó la comisura de tus labios con cariño, pensando para sí misma en cómo sabe que eres la elegida.

Jisoo Imaginas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora