Capítulo 12: Amistades

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Después de haber probado mi silla con ruedas, acompañé a Jamón a la despensa y esperé a que terminase la hora de la comida para ver a Karuto.

Entré a la cocina y estaba de espaldas secando un plato, parecía estar perdido en sus pensamientos porque se quedó así por cinco minutos.

_____________: ¿Qué tal si te echo una mano para preparar la cena?

Se sobresaltó y al voltear a verme pude ver que sus ojos estaban empañados.

Karuto: ¡_____________! ¿Qué haces aquí pequeña temeraria?

Karuto no es una persona que demuestre sus sentimientos, pero parece que se quitó una gran carga de encima al verme. 

_____________: Me dijeron que querías visitarme y que no habías podido.

Karuto: Justo cuando te despertaste era la hora del desayuno, cuando me desocupé fui a verte, pero ya no estabas.

_____________: Fui a probar mi silla, ¿qué tal?

Se acercó a examinarla y arqueó una ceja.

Karuto: Un invento bastante raro diría yo, pero me alegro de que te sirva.

_____________: ¿Entonces quieres que te ayude con la cena?

Karuto: ¡Pero qué cosas dices! ¡Lo que tienes que hacer es descansar!

_____________: Creo que ya dormí lo suficiente, no quiero estar más tiempo en cama. Anda, deja que te ayude. 

Lo pensó por bastante tiempo antes de acceder.

Karuto: Está bien, pero hay muchas cosas que no podrás hacer.

_____________: Lo sé, soy consciente de mis limitaciones.

Karuto: Bien, entonces podemos empezar con esto...

Parecía que en vez de ayudarle era más un estorbo, pero al menos pude mejorarle el ánimo y terminamos a tiempo la cena. 

Comenzó a servirle a la gente y yo me quedé en la cocina lavando los utensilios, posteriormente lavé los platos que se iban acumulando. 

Unas voces familiares llamaron mi atención.

Ezarel: Llegas tarde.

Gardienne: Eh... ¿Perdón?

Ezarel: Hace una hora que te esperamos.

Gardienne: Eso es totalmente mentira, he venido aquí hace al menos treinta minutos y no había nadie.

Nevra: Estábamos aquí, ¿no nos has visto?

Gardienne: No, y he andado por todo el C.G. para encontrarlos. ¡Incluso fui a tocar sus puertas!

Ezarel: ¿De verdad?

Nevra: Sin embargo, de verdad que no nos hemos movido de aquí...

Ezarel: ¿Crees que...?

Nevra: Sí, como en el bosque, esa barrera que impedía a los demás que nos vieran...

Ezarel: Puede que pensásemos equivocadamente que eso venía de la hamadríade...

Valkyon: Pfff...

Nevra: ¿Entonces la pequeña humana tiene poderes? Interesante...

Gardienne: ¿Qué? ¿Qué poderes?

Ezarel: A ver, crea una barrera para que no podamos verte.

Gardienne: ¡Déjenme tranquila! ¡No sé hacer ese tipo de cosas!

Eldarya Aengel PerdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora