Capítulo 51: ...

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Partimos en dirección a Balenvia. Y al contrario de lo que pudiese pensar, el viaje se me hizo corto.

Todo pasaba rápido... demasiado rápido incluso. Temía enormemente como se desarrollarían los eventos... y resultó que no estaba lejos de la verdad. Sin embargo, teníamos prisa y no tenía tiempo para dedicarlo a mis corazonadas.

En cuanto llegamos, me puse a buscar al contaminado junto a Leiftan y Valarian... Los otros se ocuparon de apoyar a los miembros de la Guardia que ya estaban allí. 

Apenas tuve ocasión de saludar al Patriarca Ethel.

Estuvimos buscando pistas y seguimos unas huellas que llevaban a la entrada del pueblo.

No puede ser...

_____________: Patriarca Ethel, ¿qué hace aquí? Tendría que estar dentro del ayuntamiento, refugiado con los demás.

Ethel: No puedo... por desgracia, dos de los niños de mi pueblo han desaparecido, no los encontramos.

_____________: ¿Cree que la criatura corrompida se los llevó?

Ethel: No lo sé.

_____________: Vuelva adentro, por favor. Nosotros nos encargamos de encontrar a los niños y neutralizar a esa criatura.

Ethel: Confío en vosotros.

Lo escoltamos hasta al ayuntamiento y cuando nos disponíamos a salir del pueblo, encontramos una mancha de sangre en una columna... lo que sea que se estuviese desangrando, estaba dejando rastro.

Valarian: Sigamos esta pista... me temo lo peor.

_____________: Yo también Val...

Llegamos hasta las grutas y sentí una presencia... Instintivamente me giré hacia Leiftan. Fue entonces cuando nos atacaron por la espalda.

Leiftan: ¡_____________!

De golpe, salté hacia un lado y esquivé al asaltante.

Esa criatura... esa cosa, ya no tenía nada de feérico. 

Sus miembros estaban contorsionados en unas posiciones que me helaron la sangre. No lograba entrever el ser que podría haber sido antes de que el cristal lo corrompiese.

Esquivé los golpes de mi atacante. Golpeé con un bien merecido gancho de derecha a esa abominación que se enfrentaba a mí, antes de enlazarlo con una patada que lo lanzó al suelo.

Leif me miraba con aire desconcertado. La criatura se levantó, y aprovechando de ese momento sin atención, se lanzó sobre mí. 

Al momento siguiente, alguien se interpuso entre nosotros, salvándome de una herida segura. Leiftan... Con varios gestos, logró dominar a la criatura. Estaba impresionada por su fuerza y su coraje.

Más tarde me reveló que el haberme visto tan indefensa hizo que sus fuerzas se multiplicasen. Tenía tantas ganas de protegerme... me sentí conmovida en lo más profundo de mi corazón.

Los niños desaparecidos salieron de la gruta y se precipitaron sobre nosotros llorando.

_____________: Tranquilos pequeños, los llevaremos con sus padres.

Dije mientras acariciaba el cabello de los niños que se habían aferrado a mis piernas.

Leiftan: Yo me encargo de ponerle fin a su sufrimiento y voy contigo.

_____________: E-entiendo... Ahora nos vemos.  

Cargué a cada uno en mis brazos y salimos de las grutas.

Eldarya Aengel PerdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora