Capítulo 44: Preparación

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Al día siguiente desperté más temprano de lo habitual. No pude dormir como hubiese querido, no dejo de sentir ese fuerte dolor en el pecho similar al que sufrí antes de desmayarme. ¿De verdad creen que alejarme del cristal me hará sentir mejor? Aunque no estoy muy convencida, tengo que darle oportunidad a las especulaciones de Ewelein.

Terminé de arreglarme para comenzar con los preparativos de la misión, saldríamos mañana y todo tiene que estar listo para el viaje. 

Karuto: ¡Muévanse! ¡Venga! ¡No tengo tiempo para esto! ¡Venga!

Apenas entrar a la despensa podía escuchar los gritos de Karuto. Avancé hasta llegar al comedor y todos estaban cargando cajas. Ahora entiendo los gritos, parecen sus esclavos y él su líder dándoles de latigazos. 

Karuto: ¡¿Estás sorda?! ¡¡Muévete!!

Gardienne: ¿El respeto te suena?

Karuto: ¡¿Perdona?!

_____________: ¡Buenos días Karuto!

Karuto: ¡Hola pequeña! Lamento el desorden, tenemos que dejar todas estas provisiones listas.

_____________: Justamente, vengo a ayudarte.

Karuto: ¡¿Refuerzos?! ¡Perfecto! ¡Sígueme!

Puso varias bolsas en los brazos de Gardienne antes de llevarme a la cocina.

Gardienne: ¡OUCH!

Karuto: ¿Qué? ¡No me digas que no puedes!

Gardienne: ¿¡Eh?! ¡Dame otro más!

_____________: Gardienne, no...

Karuto puso otra bolsa y se fue hacia atrás, impulsada por un peso mayor que el suyo. 

Karuto: Ups.

_____________: Deja que te ayude. 

Karuto: Si quieres hacerte cargo de esta enana, adelante.

Karuto volvió con los demás para darles más cajas y bolsas.

Le ofrecí mi mano a Gardienne y la tomó un poco dubitativa. Tomé ocho de las diez bolsas que le habían dado. 

Gardienne: Me impresionas... Cargas todo ese peso como si se tratase de plumas. 

_____________: ¿Esto? No es nada. Si hubiese ido con Karuto, créeme que ahorita estaría sufriendo con todo lo que me habría cargado. 

Gardienne: ¿Siempre es así? 

_____________: Jajaja, él cree que podemos ir más allá de nuestras capacidades, de alguna manera eso es bueno, nos fuerza a salir de nuestra zona de confort. 

Gardienne: Viéndolo de esa manera, no es tan malo. 

_____________: Venga, vamos. Tenemos que llevar todo esto al sendero de arcos para que lo vayan acomodando. 

Gardienne: Te sigo. 

Al llegar al quiosco nos topamos con Leiftan. 

Leiftan: Buenos días, _____________, Gardienne. 

_____________: Buenos días Leiftan.

Gardienne se limitó a saludarlo con la mano, pero parecía más tímida, incluso se sonrojó.

Leiftan: ¿Están ayudando con los suministros?

_____________: Es evidente, ¿no crees?

Leiftan: Jaja, lo siento, hice una pregunta muy obvia.

Gardienne: Tampoco tenías porqué ser grosera, _____________.

_____________: ¿Perdona?

Volteé a ver a Gardienne, estupefacta por su comentario. ¿Cómo que grosera?

Eldarya Aengel PerdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora