Capítulo 113: Secretos revelados

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*Punto de vista de Ezarel*

¡¿Qué estoy haciendo?! Estoy repitiendo el mismo patrón que con _____________... Primero la rechazo, después me arrepiento y quiero regresar... 

No quiero arrepentirme si después no podemos estar juntos... Quiero estar a su lado.

Inspiré profundamente antes de volver y tocar la puerta de Huang Chu.

Me abrió, tenía los ojos vidriosos y se quedó inmóvil delante de mí durante un buen rato.

Huang Chu: ¡¿Qué quieres?! 

Ezarel: A ti.

Sin previo aviso, avancé hacia ella y pegué mis labios a los suyos, casi con violencia.

No me lo esperaba, pero me aventó. 

Huang Chu: ¿Estás loco? ¡Creí entender que íbamos muy rápido!

Ezarel: Por favor, escúchame...

Tras una corta reflexión, aceptó.

Ezarel: Cuando me declaraste tus sentimientos yo estaba muy confundido... Creí que todavía tenía una oportunidad con _____________ y no me di cuenta de lo que tenía enfrente... Al principio pensé que eras una princesa pretenciosa, pero me equivoqué... Detrás de ese carácter fuerte conocí a una persona adorable.

Huang Chu: Un poco como tú, ¿no?

Ezarel: Sí... No quiero que vivas bajo la sombra de otra persona, por eso me daba miedo intentarlo contigo. 

Me acerqué a tomarle la mano. 

Ezarel: Siempre hago lo mismo... Intento gustarle a quienes me gustan y después les rechazo... Pero quiero que sea diferente contigo. Quiero que lo intentemos.

Se me quedó viendo durante unos segundos antes de sonreír. 

Huang Chu: Mmmm, no lo sé, ¿cuánto llevas encima?

Ezarel: ¿Cómo?

Huang Chu: Si ofreces una suma que pase de los cuatro dígitos, puede que me lo piense.

Volteé los ojos al cielo mientras sonreía. Apenas caí en cuenta que usó mi propio chiste. 

Huang Chu: Está bien, Ezarel. Vamos a darnos una oportunidad.

La atraje hasta pegarla contra mi torso y fundí mis labios en los suyos.

Huang Chu: Voy a darme un baño, ¿me esperas aquí o...?

Ezarel: ¿Me estás invitando a bañarme contigo? Interesante...

Me tomó de la mano para llevarme hasta su baño. Me sorprendió que se metiera en la regadera con ropa, pero no dije nada, solamente la seguí.

Después de unos minutos besándonos bajo el agua, fueron nuestros cuerpos quienes hablaron por nosotros. Intenté quitarle las últimas prendas que le quedaban, pero me detuvo.

Huang Chu: No... Me da mucha pena, Ez...

Sus palabras me provocaron cierta ternura, ¿le da pena que yo la vea, pero no verme a mí?

Ezarel: Deja me visto para hacerlo más justo...

Huang Chu: ¡No! Bueno... Jajaja, será mejor que salgamos. 

Ezarel: Mi ropa está completamente mojada, a menos que quieras que salga desnudo de tu habitación...

Huang Chu: Prefiero que te quedes.

Cerró la llave del agua y salimos a secarnos. 

Pidió que no la viera en lo que se quitaba la ropa mojada y se colocaba una toalla. Cuando fue mi turno, se dio la vuelta. No entiendo por qué le da tanta pena.

Eldarya Aengel PerdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora