Capitulo 10

50 11 0
                                    

Willow:

Subía los escalones de prisa, los hombres de la entrada acercaron sus armas mirándome en correr por toda la casa, caminaba a paso apresurado abriendo la puerta de mi habitación, la cerré de un fuerte portazo… Hasta las paredes retumbaban… reposé sobre la puerta, mi respiración no se tranquilizaba, mi mano se fue directo a mi corazón.

Willow: No puedo… Ya no puedo con esto… quiero irme… Quiero IRMEEEE… Te necesito aquí… aaaahhhhhh….

Dejé caer mi cuerpo deslizándose sobre la puerta, mis sollozos no se podían calmar, estaba desesperada a todo lo que estaba viviendo, por más que intentaba aguantar a mi padre, me daba cuenta que él no es que me quiera por ser su hija.

Quería salir corriendo cuanto antes, escaparme y desaparecer de todo esto. Nunca me hubiera esperado algo así.

Cubrí mi rostro, levanté mis piernas meciendo mi cuerpo.

Willow: NO QUE ME AMABAS… ¿ME HAS ABANDONADOOOO? TE ODIOOO, JURO QUE TE ODIOOO.

Bajé mi manos mirando hacia las ventanas, me puse de pie caminando hacia ella, quité el seguro abriendo las ventanas, no había mucho que ver más que disfrutar el aire fresco, aparté mis lagrimas reposando sobre el barandal. Siempre la misma guardia que mantenía cuidada la casa por donde mirara.

Escuché que la puerta se cerró, aparté mis lagrimas rodando los ojos, miré de reojo viendo a Massimo que se acercaba con una rosa rosada. Exhalé aire. Extendió su mano con la rosa, la miré tratando de sonreír, la sostuve dejando sobre el barandal, me di la media vuelta reposando mis codos levantando el rostro hacia el cielo.

Massimo: tu padre sabe lo que hace.

Negué con la cabeza, no estaba de acuerdo en eso, nunca lo estaría, las cosas no iban a ser de esa manera, si tanto le serviría mi sangre, entonces, era muy sencillo en pedírmela y no a la fuerza.

Willow: No soy un objeto.

Massimo: claro que no.

Willow: ¿Sabes? Después de todo siento muchas cosas por ti, pero no como las que pude sentir por otra persona.

Massimo: ¿Otra persona? ¿Quién?

Willow: No recuerdo su nombre, a lo mejor es un sueño o algún vago pensamiento cuando me pone a leer semejantes historias Maella.

Massimo: Willow.

Levanté mi mano, no quería escuchar sermones y menos que me hiciera saber sentimientos que no iban conmigo.

Willow:  A veces me pregunto por qué me pasó a mí, de toda la gente en el mundo ¿que hice yo? ¿acaso no he sido buena?

Massimo: No creo que funcione así. cosas malas le paso a la gente buena todo el tiempo.

Sonreí a su respuesta, lo miré fijamente, su mirada era bonita, pero no me hacía sentir cosas que me hiciera perderme en él.

Willow: ¿Por qué te quieres casar?

Massimo: Por que estoy enamorado de ti, me inspiras, te deseo, me calientas,  me excitas.

Asentí con la cabeza apartando la mirada de él, di la media vuelta reposando mi cuerpo sobre el barandal, me quedaba claro que no teníamos cosas afines.

Willow: Mi padre me dijo que era un trato por los territorios que la maldita rusa Nahir Belov había conseguido robándoselos a Lestad en asesinar a Agnes.

Massimo: ellos nos han quitado mucho, pero mi padre tuvo un convenio con la rusa Nahir, solo que ella entregó esos territorios a mi padre por una buena cantidad de dinero. Por eso a mi me pertenecen, pero no es solo por eso.

Capítulos Sin censura: Mi Infierno... en el InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora