Capitulo 46

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Bastian:

Aparqué la camioneta en la entrada, Lucio venía tras de mi, habíamos quedado en que solo él prefería que estar, más que nada por la hora, así que era mejor irlo manejando entre nosotros.

Abrí la puerta bajando de la camioneta, los de seguridad me miraban demasiado serios, miré hacia donde estaba Lucio.

Lucio: Espero que Renata acepte.

Bastian: espero lo mismo.

Subimos los escalones, abrieron la puerta cediendo nuestro paso, el primero en entrar fue Lucio, se quedó algo quieto a un lado cuando Renata estaba con Bastian Jr en brazos, se acercó viéndose complaciente, la saludo pasando a mi hijo, ella sonrió entregando al niño a Mina.

Renata: Ya es hora de dormir.

Esperé hasta que se fuera Mina con mi hijo.

Renata: Los dos juntos. Jummm, no creo que sea para algo bueno.

Respiré profundamente tratando de controlarme, ella caminaba hacia la cocina, tragué saliva ver ese trasero como se contoneaba de un lado al otro, sentí un golpe viendo a Lucio que hacía seña que fuera tras de ella. No queriendo pero tuve que hacerlo.

Entró a la cocina mirándome, sacó la botella de whisky, sonreí al ver que me conocía perfectamente, abrió al puerta de la nevera sacando unos hielos, los dejó caer asentando el vaso.

Bastian: ¿Podemos hablar?

Renata: Habla, te escucho.

Me senté en la silla quedando de frente, Lucio quien sabe donde se había metido, agradecía que me dejara moldear la idea primero antes de que diera su punto de vista.

La miraba con esos hermosos ojos azules llenos de vida, sonrió dejando caer un poco del whisky en el vaso. Se detuvo cerrando la botella, la dejó a un lado, extendió su mano dejando cerca de mi el vaso, reposaba sus manos en la barra del desayunador, demostraba como cubría en poder este lugar. Sostuve el vaso, le hice seña de brindis, dando un buen sorbo a mi bebida.

Lo aparté humedeciendo mis labios.

Bastian: MMM, ¿lo conseguiste?

Renata: Edición limitada, trajeron 4 ya que no los están produciendo hasta dentro de 6 meses.

Bastian: Haces muy buen trabajo.

Renata: Lo sé, sabía que es lo que querías, sabía que es lo que te gustaría tener.

Se apartó de la barra, rodeaba la barra, se veía tan seductora con esa bata que me gustaba como se le veía, soltó el amarre de la bata bajando una de las mangas dejando al descubierto su hombro. No me esperaba esta actitud de ella.

Humedecí mis labios al ver como se le moldeaba la pijama en forma de vestido que se le marcaban muy bien esos pe..zo..nes firmes. Se acercó a mi acotando la distancia, sostuvo mi vaso dando un sorbo. Lo dejó sobre la mesa rodeando mi cuello con sus manos.

Renata: MMM, si está muy rico.

Bastian: Más rica y deliciosa está mi esposa.

Nuestros labios se juntaron, me provocaba tanto por hacerla mi mujer, no había perdido ese encanto que me volvía loco, era capaz de cambiar mi humor en solo instantes. Mis manos bajaban poco a poco por su espalda, deslizaba mis manos por debajo de esa pijama sintiendo su piel, su trasero firme lo apretaba atreviéndome a seguir este encuentro, ella se apartó abriendo sus hermosos ojos.

Renata: Siento que nos estamos acostumbrando a una vida que no queremos tener.

Bastian: ¿a que te refieres?

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