Willow:
Abrí mis ojos viendo directo al espejo, ya estaba lista para este matrimonio, solo me quedaba la resignación de saber que del otro lado me estaban esperando para una recepción donde la felicidad de mi vida se iba acabando poco a poco.
La puerta se abrió, todos los estilistas iban saliendo con la sonrisa en sus labios, nadie preguntaba si es lo que quería, si es lo que ansiaba, para ellos ya habían terminado un trabajo nada más.
Maella: Te ves preciosa.
Willow: La verdad que si.
Mi padre se asomó extendiendo sus brazos, caminaba directo hacia mi, cerré mis ojos con fuerza al sentir ese abrazo de traición, podías sentir que era el peor de las traiciones, ni Judas se atrevió a tanto.
Semion: Me siento orgulloso de poder ser quien entregue a mi hija con un buen hombre.
Asentí con la cabeza, mis ojos se tornaron brillosos, no quería derramar ni una sola lagrima, no les demostraría que me duele que ellos se salgan con la suya, me tomó del brazo cruzando con la de él. Maella se acercó dejando un beso en mi mejilla, solo la miré con tanto desprecio mientras quitaba su labial de mi mejilla.
Maella: todo se va cumplir como estaba establecido.
Empezamos a caminar hacia la salida de mi habitación, los pasos eran con demasiada torpeza, dio un golpe en mi vientre entregando un ramo, lo sostuve casi arrebatándoselo.
Semion: Nos esperan.
Los escalones se me hacían demasiado largas que hasta parecían interminables, las miradas de estas personas que marcaban el camino hacia donde teníamos que pasar eran de la tensión y presión pero solo para mi, para ellos era lo mejor que pudieran ver.
La casa estaba decorada conforme íbamos pasando hasta llegar por la puerta de la sala principal. Deslizaron la puerta dos de los hombres de seguridad, allí estaba Massimo con su traje de novio, se veía elegante y con una presencia que se daba a conocer como el hombre que iba a contraer matrimonio.
(Escuchen- Carol Of the Bells, Lindsey Stirling)
Entreabrí los labios al ver a Massimo que iba caminando por el pasillo del centro, su sonrisa de gloria y triunfo no era nada agradable para mi. Se acercó quedando frente a mi padre.
Semion: Te entrego a mi hija. Llevarás con ella el mejor matrimonio que pudieras tener.
Massimo: Le daré a Willow, el trato que se merece.
Mi padre entregó mi mano hacia él, sentí un fuerte apretón, hasta donde él y yo habíamos quedado hasta ayer para nada era en buenos términos. Levanto gentilmente el velo que me cubría. Se acercó a mi dejando un beso sobre mis labios, cerré los ojos teniendo ganas de quebrarme, pero no… no le daría el gusto a este hombre y nadie que estaba siendo testigo de esta locura. Se apartó abriendo mis ojos.
Massimo: (susurrando) Serás mi mujer día y noche. No se te olvide.
Dejó un beso en cada una de mis mejillas, pasó mi mano bajo la suya empezando a escucharse la música nupcial. Cerré mis ojos dando mis pasos con nervios, uno tras uno sin rumbo alguno. Las personas empezaban aplaudir por nuestra entrada como si fuéramos la pareja perfecta que de perfecta ni el maquillaje, ni el peinado, ni el vestido ni nada que había en este lugar para mi era perfecto.
Levanté la mirada hacia el cielo, viendo como las nubes empezaban a moverse demasiado rápido.
Willow: Creo que lloverá.
Massimo: aun así nos casaremos.
Llegamos frente al altar que estaba preparado en este hermoso jardín, todas las rosas en color rosado, como si fuera lo que quisiera en mi boda. Quería gritar, quería salir corriendo pero a la primera que lo hiciera, estas personas me traerían de las greñas.

ESTÁS LEYENDO
Capítulos Sin censura: Mi Infierno... en el Infierno
De Todo2da parte de la novela: Mi Cielo... mi Infierno...