Capitulo 56

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Willow:

Mi corazón latía demasiado fuerte, no podía creer que estaba cerca de ver a mis hijos después de mucho tiempo, los sentimientos que tenía hacia cada uno era demasiado que nos los soltaría por nada del mundo, quería ver esas hermosas sonrisas, su aroma que a cada uno lo definía en el fondo de mi corazón.

Dimitri se aparcó un poco alejado de la entrada, era una gran sorpresa que les teníamos, hasta donde sabía él no había dicho que vendríamos, ni siquiera a Sharon, así que no quería perderme cada una de sus reacciones de las pequeñas. Mis ojos no paraban en dejar caer mis lagrimas, Dimitri sostuvo mi mano con fuerza, lo miré asintiendo con la cabeza.

Dimitri: Ellos te esperan como no tienes idea.

Bajé la mirada apartando mis lagrimas, sostuvo mi barbilla haciendo que lo mirara…

Dimitri: Nada es tu culpa. Eso es lo que quiero que tengas siempre en claro.

Willow: Es mi culpa en no venir antes.

Sonrió negando con la cabeza, sus brazos fuertes me rodearon con tanto amor, un beso suave y tierno reposó en mi mejilla.

Dimitri: Ellas lo saben.

Me aparté acariciando su rostro, no podía expresar lo que estaba sintiendo en este momento, pero cualquier madre debe sentir una emoción grande al saber tan cerca de sus hijos. Abrió la puerta bajándose, rodeaba la camioneta mirando hacia la entrada, reposé mi mano en mi pecho, en verdad que mi corazón se iba a salir, quería ver esa puerta abrirse y que salieran corriendo como era su costumbre. Abrió la puerta ayudándome a bajar, los hombres de seguridad se dieron cuenta, hasta ellos sonrieron dando ligeros golpes en señal de vernos que por fin estamos en casa. Cerró la puerta, acomodó mi cabello sosteniendo mi rostro.

Dimitri: Para ellos será el mejor momento.

Willow: Sé que si.

Sostuvo mi mano con fuerza entrelazando mis dedos con los de él, hasta se me dificultaba en caminar, mis piernas estaban casi falseando, no podía controlar lo que estaba sintiendo, pero tenía que hacerlo bien y no dejar que ellos pensaron algo que no fuera.

(…)

Fiorella:

Me sentía algo cansada por el entrenamiento que nos ha estado dando Guido y Dina, cada vez nos los aumentaban que ya ni podíamos con nuestra alma. Cubrí mi boca bostezando tan fuerte que hasta me dolía la mandíbula, me detuve frente a la ventana, me acerqué mirando que estaba hermoso el día, sonreí percibiendo algo diferente pero que no entendía que sucedía.

Sharon: ¿Qué tienes cariño?

Fiorella: el día se ve diferente.

Sharon: Un buen día para entrenar y tomar tus clases. Por cierto que tu profesor ya me dijo que no has seguido al pie de la letra las instrucciones de tu padre.

Rodé los ojos, ese profesor no tenía nada bueno que decir, siempre era acusón y terminaban llamando la atención a Loretto y a mí, en cambio a Deani como ella si lo hacía y muy bien, le daba sus estrellitas emocionándose.

Di la media vuelta reposando mi cuerpo en la pared, mi abuelita se puso de cuclillas mirándome, acomodaba mi cabello detrás de mi oreja.

Sharon: ¿Qué tienes mi cielo?

Fiorella: Extraño a mi papá no sabemos si ya tienen a Willow, o no la encontraron.

Deani se detuvo mirándome, pasaba su lengua sobre el helado que le habían dado, ella sonrió acercándose, pasé mi brazo por sus hombros, me abrazó con fuerza levantando la mirada, sus enormes ojos eran tan idénticos a mi madre.

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