Este capitulo… mis queridos lectores, será un momento especial de lo que las mujeres que se hacen madres de los hijos de su pareja o viceversa es tan importante para los hijos….
Willow:
Cerré mis ojos perdiéndome en mi mundo:
Entreabrí mis labios al ver la silueta de esa hermosa mujer que brillaban sus ojos, era una extraña sensación… tragué saliva visualizándome en un plano muy diferente al que estábamos miraba por ambos lados.
Beida: Si, soy Beida, Beida Gaudi.
Willow: Yo…
Beida: No es tu culpa, le has regalado a Dimitri, el mejor momento de su vida, que me interpuse en su camino de ustedes, puede ser, no estaba destinada a él, pero tú si Willow, tú eres la mujer que cubría el verdadero destino de Dimitri.
Willow: Yo, no, no entiendo.
Ella se acercó sosteniendo mi mano, sonrió dejando un beso en la mejilla.
Beida: Mis hijas Fiorella y Deani son mi vida, Dimitri el amor de mi vida, que no lo supe valorar en vida, pero él nunca me falló. Él y yo fuimos complices, teníamos esa chispa de amarnos, pero Willow, me apartaron de su lado por un mal hombre, Dimitri ha pasado por mucho dolor en su vida, pero hoy llegó ese momento para darle la felicidad que nadie ha podido darle más que sus hijas, ahora con tu hijo y las mías, hacen a Dimitri más fuerte.
Trataba de abrir mis ojos pero algo me lo impedía. Sus ojos dejaron salir lagrimas rosando en esas mejillas sonrojadas.
(Escuchen: Una palabra, Carlos Varela)
Beida: Te vi aparecer en la vida de Dimitri cuando más pudo necesitarlo, sinceramente… Nunca quise a ninguna mujer cerca de él, para mi no era querer tener aquí. Simplemente, nunca fuiste parte del plan. Madurar y hacer crecer mi familia nunca te incluyó. Yo no quería la ayuda de ninguna mujer para criar a mis hijas. El plan para mi familia me incluía a mí, a su papá y a nuestras niñas, no a ti.
Mis lagrimas empezaban a caer, bajé la mirada al sentir como las punzadas en mi corazón eran tan fuertes, dio varios pasos hacia mi sosteniendo mi barbilla, la miré a esos ojos que dejaban brotar lagrimas, sus hermosos ojos verdes grandes y expresivos…
Beida: Dudo que alguna vez tú me quisieras en tu vida. Dudé que planearas ser madre de unas niñas que no diste a luz. Apuesto a que tu plan para tu familia te incluía a ti, a un papá y a niños, no a mí ni a mis hijas.
Negué con la cabeza eso no era como ella lo pudiera percibir donde se encontraba…
Willow: Quiero a tus hijas, son mías igual.
Asintió con la cabeza, reposó su dedo índice sobre mis labios, cerró sus ojos volviendo abrirlos, tenía los ojos al mismo color de Dimitri…
Beida: Casi puedo apostar que cuando tú soñabas convertirte en madre sería el día que tú darías a luz, no el día que te casaras con mi marido. Estoy bastante segura que nunca planeaste tenerme aquí. Por que estoy en los pensamientos de mis hijas y en los de él…
Willow: Nunca he tratado de ocupar un lugar que no pertenece.
Sonrió sosteniendo mi rostro, cerré mis ojos suavemente resintiendo el calor de sus manos. Abrí mis ojos…
Beida: Dios tenía planes que superan con creces los nuestros y cuando mi pequeña familia se disolvió para formar un padre con dos pequeñas, con el corazón roto, con una partida donde no se pudieron despedir de mi… sabía que tendrías que venir. En mi mente tu serías una terrible bestia y mis hijas no te iban a querer como madre en absoluto, jamás. Tenía la esperanza de que fueras fea y rezaba que mis hijas no se fijaran en ti. Su padre sabría que estaba acomodándose con lo segundo mejor. El demonio se arremolinaba en mí porque nunca quise aceptar el hecho de que otra mujer podría ser la madre de MIs hijas en mi ausencia… Luego llegaste tú. Admito que cuando te conocí tú no eras lo que yo tenía en mente y sentí celos. Se suponía que tenías que ser horrible, ¿recuerdas? Pero no lo eras, eras increíblemente hermosa. Se supone que tenías que ser una bruja de mediana edad, ¿recuerdas? Pero no lo eras, eras una chica joven y dulce.
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Capítulos Sin censura: Mi Infierno... en el Infierno
De Todo2da parte de la novela: Mi Cielo... mi Infierno...