Capitulo 58

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Dimitri:

Miré que Willow cerró la puerta, metí mis manos en mis bolsillos reposando mi cuerpo en la pared, le di una mirada rápida  a la habitación de Beida, sonreí teniendo en mi mente cada recuerdo que emergía de esta habitación, nuestros encuentros, las escondidas que nos dimos sin que nadie se enterara que estábamos andando a espaldas de Guido.

Fiorella: ¿Te molesta que se la haya mostrado a Willow?

Dimitri: No.

Fiorella: No debiste traernos aquí.

Respiré profundamente, sé que para ella más que nadie era difícil, pero no quería que se les olvidara que su madre es ante todo la protectora de sus sueños e ilusiones.

Dimitri: Por eso has bajado tu rendimiento en los estudios y tus entrenamientos.

Fiorella: No, no tiene nada que ver. Solo que…

Me aparté de la pared caminando hacia donde ella estaba, removí un poco las persianas admirando la vista que tenía esta habitación, pasé mi atención hacia Fiorella, la notaba ausente.

Dimitri: Creí que te alegraría verme. O a Willow.

Ella pasó su hermosa mirada tan expresiva hacia mi.

Fiorella: Estoy muy feliz en que Willow haya regresado.

Me senté en el reposero del sillón, no apartaba la mirada de ella, algo tenía que quería que me lo dijera.

Fiorella: solo que, al verla, con esa sonrisa, llena de vida, es como ver a mi mamá. Cuando la vi entrar, era ver a mi mamá. La abracé… por primera vez pude sentir su calor de mi mamá. Fue mi mamá la que me abrazó y no Willow.

Entreabrí mis labios al escuchar a mi hija, me acerqué a ella abrazándola, se reposó en mi regazo sujetando el cuello de mi saco, aunque no lo había pensando, nunca la había visto de esta manera.

Fiorella: Me da miedo que Willow me deje como lo hizo mamá.

Dimitri: tu madre nunca te dejo solo por dejarte, lo sabes.

La aparté sosteniendo su rostro, sus ojos brillos a punto de dejar caer sus lagrimas me partían el corazón, quizá para Fiorella es un cambio radical todo esto. Lo sucedido con Willow, traerlas de vuelta donde cada pared estaba impregnado con el nombre de su madre.

(Escuchen: Tu sangre en mi cuerpo)

Fiorella: te quiero. Sí, prefiero ser así de sincera y directa. ¿Para qué andarse con rodeos cuando se trata de expresar sentimientos bonitos? ¡TE QUIERO! Te quiero porque eres mi padre, porque siempre me has cuidado, me has protegido y me has dado todo cuanto tenías.

Sonreí dejando un beso sobre su cabecita, podrá ser muy dura consigo misma, pero sus sentimientos eran únicos.

Fiorella: Te quiero porque siempre has sido un gran referente, un hombre bueno, un ejemplo a seguir. Desde muy pequeña me enseñaste a ser empática, generosa y solidaria. Te quiero porque me has acompañado en mis logros y en mis fracasos. Te quiero precisamente porque celebras mis éxitos más incluso que yo misma y siempre estás ahí para enseñarme a enmendar mis errores y para levantarme cuando me caigo. Te quiero y siempre te querré, pero… quiero pedirte perdón.

La sostuve de su rostro angelical mirando directamente hacia sus ojitos

Dimitri: ¿Perdón? ¿Por qué?

Fiorella: Perdón por si alguna vez te he fallado, perdón por no demostrarte siempre este amor. Te pido perdón por si alguna vez me he distanciado de ti y te he hecho sufrir. Quiero que sepas que te sigo necesitando cerca. Pero sé que después del perdón viene el agradecimiento. Gracias por entregarme tu vida y tu tiempo. Me siento verdaderamente orgullosa por tener un padre como tú. Espero siempre estar a la altura como hija.

Capítulos Sin censura: Mi Infierno... en el InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora