Capitulo 31

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Willow:

“BIENVENIDOS A SU DESTINO, LA HERMOSA CIUDAD DE SICILIA”

Sonreí emocionada saber que ya estaba donde tenía que estar desde un principio. Reposé mi mano en mi pecho, mis ojos se llenaron de lagrimas al sentir palpitar mi corazón tan fuerte.

Willow: (susurrando) Ya estoy aquí.. Ya estoy aquí.

Los pasajeros empezaban a tomar sus pequeñas maletas de manos, algunos sus almohadas y hasta sus mochilas. Sostuve la mía poniendo en mis hombros, esperaba que el pasillo quedara despejado, miraba como iban pasando dispuestos a salir. Me puse de pie deseando correr hacia la puerta y ser Dimitri el que me estuviera esperando afuera.

Esperaba un poco intranquila, miré hacia mi mano el censor de la maleta, me sentía un poco desesperada por ya ir por ella. Di pasos a los lados grandes saliendo por el pasillo, iba detrás de una señora y su hija… la puerta estaba demasiado cerca. Mordí mi labio inferior percibiendo el agradaba aire fresco que caracterizaba mi país y mi ciudad. Esto si era estar en casa.

Mis manos sostuvieron el barandal de las escaleras, las bajaba con paso firme tocando piso… Me ilusionaba el poco tiempo que queda para ir por Dimitri y mis hijos, sé que se emocionarían al verme.

El cerro de maletas venían en unos carritos especiales, quería ubicar la mía desde lejos, pero no la veía, entreabrí mis labios acercándome a la azafata que estaba revisando que fueran llegando donde estaba la señal.

Willow: ¿son todas las maletas?

Azafata: ¿Registró su maleta?

Willow: siii…

Azafata: Allí vienen las de registros.

Cerré mis ojos con gran alivio, abrí los ojos al ver que allí estaba mi maleta. Esta vez si había llegado conmigo. Lo que contenía esa maleta era de suma importancia para todos ellos, así que no la soltaría así fuera de vida o muerte.

El carrito se detuvo, solo pocas personas nos acercamos hacia donde estaban las maletas registradas. La azafata muy amable empezaba a entregar una por una, mi turno no estaba muy lejano. Di un paso al frente sonriendo.

Azafata: ¿su censor por favor?

Se lo entregué, ella lo pasaba alrededor de la maleta hasta que emitió una luz verde, en seguida se abrieron unos seguritos marcando combinación cero. La sostuvo del aza entregándomela. La sostuve mirándola, di unas cuantas palmaditas poniéndome de cuclillas, la abracé con tanta fuerza.

Willow: Vamos a casa amiga.

La azafata levantó una ceja intrigada, pero solo yo misma me entendía del por que el cariño que le tenía más que a la maleta al contenido.

Caminaba por toda la pista de aterrizaje viendo más aviones que llegaban, todos debían sentirse emocionados igual que yo al estar en su hogar, respiraba viendo la entrada. Me detuve dando varios pasos hacia atrás, unos jets privados estaban aterrizando, se vino a la mente cuando viajaba con Dimitri para ir a ver a las niñas, siempre en Jets.

Willow: Gente con mucho dinero no queriendo convivir con los mortales.

Señor: Disculpe.

Me aparté de la entrada cediendo paso a las demás personas, miré por ultima vez esos Jets bajando un avión enorme.

Willow: Santos cielos, la misma manera de llegar de Dimitri, con sus camionetas y si equipo que nunca los dejan solos.

Entré por fin al aeropuerto, aquí era más fácil moverme ya estaba por anochecer, así que tenía que buscar un lugar mientras donde poder tomar la ducha y comer algo. Caminé hacia uno de los restaurantes del lugar, moría realmente de hambre.

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