Willow:
Ya había una bendita semana y nada que no daba con ellos, ¿pues donde se estaban metiendo? El hospital vacío, el edificio vacío.
Willow: Como si se los hubieran tragado por la tierra.
Rodé los ojos, subí los escalones del restaurante donde trabajaba de antes, fue la primera vez donde lo había visto, al menos ellos pudieran darme información, así que tenía que buscar a mi amiga o a Roberto..
Uno de las camareras me miró sonriendo.
Camarera: ¿Le puedo ayudar? Aquí tiene la carta.
Sonreí, se veía amable la chica, miraba por todos lados, al parecer todos eran nuevos.
Willow: El gerente por favor.
Camarera: ¿De parte de quien?
Willow: Willow, me conoce.
La chica asintió, se dio media vuelta caminando hacia las oficinas, respiré profundamente tomando asiento en una de las bancas junto a la barra, ni conocía al bartender, mordí mi labio inferior, la chica venía con un hombre, me puse de pie sonriendo.
Gerente: buenas tardes, amm…
Willow: buscaba a Roberto. El gerente.
Gerente: Ohh, él hace tiempo renunció, le ofrecieron otro restaurante que manejar fuera de la ciudad.
Willow: ¿Cómo?
Negué con la cabeza, rasqué un poco la cabeza, sobaba mis manos, le sonreí algo nerviosa, no quería aprovechar o que pensara algo que no es.
Willow: ¿Podemos hablar en privado?
Gerente: No tengo vacantes.
Willow: No, no de un lugar. Por favor.
El hombre extendió su mano cediendo el paso, caminaba directo a la oficina, la conocía a la perfección, el hombre se detuvo abriendo la puerta, entré bajando la mirada, la levanté viendo que había cambiado el interior totalmente. Sentí un pequeño dolor del recuerdo de lo que estaba oficina representaba para los que antes estamos, las reuniones después del trabajo, el apoyo que nos daba nuestro gerente, los compañeros. Me senté sin tener la autorización. Él se sentó acercando el asiento.
Gerente: La escucho.
Willow: bueno… amm, es referente a los dueños del lugar.
Levantó una ceja no siendo de su agrado la pregunta, se recostó en el respaldo mirándome.
Willow: Es que los conozco.
Gerente: Aquí no hay dueños, solo socios.
Willow: si por eso, solo que no sé donde encontrarlos.
Gerente: Señorita, cree que le daré información confidencial a una desconocida que viene y pregunta directo por los socios.
Willow: Bueno…
Gerente: Nada, pensé que era referente a uno de los puestos. Se pude retirar.
Willow: Por que no le llama al dueño, al socio que diga y que le diga que Willow Zanetti está aquí.
Gerente: La socia, no creo que tenga tiempo para escuchar sandeces, por favor váyase.
Willow: ¿socia? No, no, son socios, tres hombres.
El hombre se puso de pie de muy mala manera, me miraba con ganas de que me sacaría a patadas sino lo hacía por mi misma. Sonreí con mucha tristeza levantándome.
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Capítulos Sin censura: Mi Infierno... en el Infierno
De Todo2da parte de la novela: Mi Cielo... mi Infierno...