CAPÍTULO 2...

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                                                                UN ENCUENTRO INESPERADO

Cruzó la esquina y lo perdí de vista, fue como en una película de horror, se retiró como un asesino en serie, terminando su trabajo, y guardando el arma en su chaqueta, esfumándose entre la niebla.

Sin más que hacer o decir, me dirigí temblorosamente con la sangre palpitando en mis venas, con la cabeza dando vueltas y mi mente rondando en torno hacia millones de pensamientos y sensaciones hacia mi departamento.

No podía olvidar su mano tocándome, sus labios en los míos, su aliento, sus ojos, en especial sus ojos.

Llegué a mi departamento, y eran como las 12:00 pm, no tenía ni idea de cuánto tiempo me había quedado allí parada, como una auténtica estatua. Pudieron haber sido horas, minutos o solo segundos, el  tiempo parecía incierto.

Me puse mi pijama, pero cuando me estaba quitando la ropa que traía puesta, vi que en mi blusa había un post-it pegado a la espalda de mi blusa, tenía anotado un número de celular y al final decía: "Te quiero <3". Supuse que el chico de los ojos azules me lo había pegado mientras... bueno ya saben, no es necesario explicar todo de nuevo.

¿A sí que ahora me quería? ¿Con que solo me había visto una vez, me había besado y ahora me quería? Genial, simplemente no podría ser más sencillo que eso. Había dos opciones: o era amor verdadero a primera vista, lo cual no creo, esas cosas solo se ven en las películas de amor baratas del siglo XX,  o él era un verdadero patán que jugaba con el corazón de las mujeres, la opción más real y  probablemente más aceptable.

Pero ¿qué había de las mariposas en mi estómago antes de subir al escenario? Nunca antes me había pasado eso, nunca antes esa sensación tan extraña e indescriptible se había hecho presente en mí. No encontraba otra razón para ellas que él. Pero ¿si nunca lo había visto cómo era posible que hubiera causado ese efecto en mí? Era algo que yo no me creía capaz de solucionar, es decir, tenía muchas preguntas y ninguna respuesta. Ni siquiera lo había hablar, ni siquiera sabía su nombre o si algún día lo volvería a ver.

Pegué el número al espejo del baño y me dormí. Como era de esperar soñé con él.

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Mi despertador sonó a las 8:00 am, era domingo y tenía el día libre, la mayoría de las veces iba de compras, desayunaba fuera, iba al parque o a un bar, pero tal vez hoy tenía otra opción, podía llamar al chico de los ojos azules, o hacer toda mi rutina.

Sin duda había algo que arreglar, debía buscar respuestas rápido, solo me quedaba esta esperanza. Así que decidí llamarlo. Busqué mi celular entre el desorden de mi departamento y marqué cuidadosamente el número tratando de no equivocarme en nada. Parecía que ese botón con el telefonito verde quería comerme de un momento a otro, podría significar muchas cosas, presioné temblorosamente el botón de llamar. Marqué 10 veces, pero él nunca contestó. Estaba desalentada, tal vez en realidad teníamos algo especial, ya que lo que me pasó solo se ve en películas y no se ve todos los días, no quería quedarme sola toda la vida, sin amigos, sin alguien que me ame, con 50 gatos en ese horrible agujero de mi departamento en la enorme ciudad de Londres. Pero no había nada que hacer, decidí que lo llamaría más tarde, en la noche, y con esperanza de que me contestara. Y luego viviríamos felices por siempre, sí claro…

Me vestí y me arreglé, salí de mi departamento y me dirigí a mi restaurante favorito a una cuadra de mi departamento a desayunar. 

Después de desayunar fui al centro comercial para surtir mi refrigerador y ropa, no tenía mucha para el frío de Londres. Y mi refrigerador era un completo desastre, no era una buena cocinera, debía comprar comida ya casi hecha, para no terminar con quemaduras por todo el cuerpo y con un gran dolor de estómago. Ese centro era mi favorito, con muchas tiendas de todo tipo, pero no era muy grande. Mi parte favorita era una enorme fuente en el medio de este.

Vestía unos pantalones de mezclilla y una blusa color rojo con un moño en el estómago y una bufanda color café.

Compré principalmente ropa, apenas me acababa de mudar, y no tenía muchas prendas que digamos.

Llevaba tres bolsas en mano, llenas de ropa, no eran tan pesadas, pero sí suponían una carga molesta.  Me detuve justo al frente de la fuente, para admirar como chorros de agua despreocupada salía de ella, como la roca gris seguía intacta, sin moverse de su lugar, mirarla antes de irme a mi departamento. Me  percaté de que había una pareja sentada en el borde opuesto de la fuente, reían alegremente comiendo helado, claro, ellos podían ser  felices y yo no. No le di importancia hasta que vi el cabello del hombre y el pelo de la mujer, era demasiado loco lo que pensé en ese momento: "Dios mío, ¿no es ese Louis Tomlinson? y... ¿esa no es Eleanor Calder?" mis increíbles sospechas se confirmaron al oír la inconfundible risa del hombre, la hermosa risa burlona de Louis, casi me hecho  a llorar o a gritar, no podía creer que fuera él, solo él, ese pelo alborotado era único en el mundo entero, esa risa, no existía una igual. Tal vez estaba a punto de cumplir mi otro sueño.  Corrí hasta el otro lado de la fuente, conteniendo un grito y cargando como podía las bolsas. Louis estaba sentado al lado de Eleanor, y esta seguía riendo. Se veían tan hermosos juntos, sería horrible si llegara gritando a pedirle un autógrafo a Louis, o un abrazo. Mi mente jugaba en contra de mi cuerpo, ¿debería ir o no? Si no le agradaba, no tendría paz interior por el resto de mi vida. Me resistí con todas mis fuerzas, tratando de aclarar mi mente, pensando que probablemente esta oportunidad no se repetiría, pero sabía que de algún modo, interrumpirlos no era nada correcto, cogí mis bolsas del piso, di media vuelta y me fui, conteniendo las lágrimas.

Llegué a mi departamento, arrogué las bolsas y me senté en el sillón, no toda esperanza estaba perdida, vivían en la misma ciudad que mis ídolos, tal vez podría verlos en otra ocasión.

Prendí la televisión, y justo en ese momento empezó "A Year In The Making" de One Direction, esbocé una enorme sonrisa, era como si el cielo estuviera consolándome. Solo sirvió un poco.

Cuando se acabó, casi había olvidado el número. Me levanté a trompicones del sillón, cogí mi celular y marqué el número por onceava vez. Sonó y sonó y justo en el último timbre, una linda voz masculina con acento británico contestó.

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Mi Ángel De Ojos Azules♥ (A Niall Horan Fanfic) {Editando}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora