CAPÍTULO 64...

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- ¿Te refieres a cómo actuaste, cómo hablaste, cómo reaccionaste…? - preguntó Niall sin ninguna maldita idea de a lo que me refería, tal vez debería aprender a descifrar mi laberinto de preguntas por sí mismo.

- A cómo actué, a mi actitud en general, fue ¿buena o mala? ¿Me comporté grosera? ¿Extraña? ¿Cómo un mono de la edad de piedra sin saber qué responder? – me expliqué por encima de Niall carcajeándose sobre la silla a punto de caerse de ella y romperse la cabeza.

- ___(tn) – se inclinó sobre la mesa y puso su mano sobre la mía, tratando de calmar su risa.

Luego, me miró directamente a los ojos, sin una pizca de humor esta vez.

- Estuviste maravillosa amor, ya te lo había dicho, creo que te preocupas demasiado por la opinión de la gente, cuando en realidad, no tienes razón alguna para hacerlo.

Si Niall no fuera una estrella pop, probablemente sería un psicólogo. Era muy sabio, la vida le había puesto muchos baches, muchos obstáculos que él superó, decepciones y tristezas, pero él las supo utilizar correctamente, y, aunque pareciera un chico muy simple, era en realidad alguien muy sabio, con una increíble perspectiva de la vida.

Tenía razón, mi problema era que la única opinión que me importaba era la de los demás ¿me había detenido alguna vez a escucharme a mí misma y preguntarme mi opinión? Creo que no. Me debería bastar con lo que yo opino de mí misma, pero a veces, no era para nada así.

Baja autoestima y críticas, nada bueno había antes en mi interior. Nunca nadie creyó en mí, solo era yo, nadie había expresado su opinión abierta acerca de lo que quería hacer en mi vida cuando me tomaba mi tiempo para confesarles todo. Por lo que cuando la demás gente comenzó a felicitar por mi buen trabajo, solo ellos existían y… yo no.

Debería hacer eso a un lado ahora, tal vez era momento de cambiar. Nadie sabe la manera en que eso te pudiera afectar.

No me considero “perfeccionista” , pero en realidad me importa lo que la gente diga, siempre quería quedar bien, y debería aceptar que no siempre se puede agradarle a todo mundo, en cada cosa que  haces y con cada persona que hablas. No debería importarme lo que los demás pensaran.

- Creo que tienes razón – acepté suspirando y colocando ambas manos sobre la mesa – en realidad no sé por qué lo hago – negué ligeramente con la cabeza – Ya sabes, siempre preocuparme por la opinión de los demás y asegurarme de que quedé “perfecta”.

- Solo importa tu opinión, y la mía – ambos soltamos una pequeña risilla – Deberías dejar de ser perfeccionista, ya que, ya eres perfecta. Te amo, tal cual eres, y no necesitas agradarle a todos… solo a mí – soltamos otra risa y me dio un rápido beso.

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Cuando terminamos de cenar, nos dirigimos a nuestro cuarto, por fin… a descansar después de un largo día.

Subimos juntos las escaleras y entramos en la gran habitación.

Primero me dirigí al armario para buscar mi pijama favorito, un camisón color lila. Era mi favorita porque me lo había regalado mi madre y era muy suave, caliente y muy cómoda. No quiero que se imaginen el clásico camisón de abuela, ya sabes, de esos holgados, largos y ridículos que usan los adultos mayores, tipo bata. No, ni loca. Lo tomé y me dirigí al baño para cambiarme. La razón por la cual Niall y yo no nos cambiábamos los dos en el mismo cuarto, era porque resultaba demasiado tentador y provocador admirar al otro desnudándose enfrente de él, ni se imaginan, una vez pasó eso… y fue maravilloso. Pero en fin…

Me cepillé los dientes y el cabello, también lavé mis manos en un intento fallido por ahuyentar el olor a cebolla de mis manos. Unté mi cara con crema humectante.

Salí y Niall estaba sin camisa y en bóxers, a medio cambiarse. La ventana estaba abierta y él estaba inclinado sobre ella, sacando su cabeza al exterior y apoyando sus codos en el alféizar.

- ___(tn) – me llamó en un susurro en cuanto salí del baño.

Hizo una seña para que me acercara hacia donde él estaba.

Por alguna razón contuve la respiración, me acerqué lentamente hacia él, con pasos pausados, tratando de no hacer ruido alguno. Temía que fueran ellos de nuevo, aunque sabía de sobra que no lo eran, ya que si en realidad lo fueran, Niall no hubiera reaccionado así, hubiera reaccionado de una manera distinta. Gritando y saliendo corriendo de allí.

Llegué por fin a su posición, me coloqué a su lado, y saqué la cabeza al exterior.

El gélido aire me golpeó fuerte.

Al principio no me percaté de que Niall tanto admiraba. Solo podía ver el bosque eterno, con ojos demasiados pequeños como para poder apreciarlo en su totalidad. La luna estaba en su punto máximo, como un gran círculo gris que iluminaba la oscuridad de la noche, con algunas nubes impidiéndole su paso, resultando algo tenebroso, pero maravilloso a la vez. Estar en Paris con una luna como aquella…

Cada estrella me resultaba un fascinante misterio, había millones y millones, algunas antiguas y otras nuevas, y yo solo podía apreciar unas cuantas, nunca podría admirar cada una de ellas. Constelaciones desconocidas se alzaban nuestras cabezas.

- Mira – señaló con el dedo algún lugar del inmenso campo.

Mi Ángel De Ojos Azules♥ (A Niall Horan Fanfic) {Editando}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora