Mi Ángel De Ojos Azules♥ (A Niall Horan Fanfic) {Editando}

CAPÍTULO 30...

Por fin nos vestimos, ya era tarde, así que decidimos comer algo. Niall decidió mostrar sus habilidades culinarias y cocinó pasta con tomate y papas. Incluso comer resultó algo doloroso, gracias a las múltiples heridas en los labios, incluso la lengua.

- Ahhh – se quejó Niall llevándose la mano a la boca – pero… ¿cómo fue que pasó?

- En realidad no tengo idea – respondí con una risa – parece que nos peleamos con leones

- Me encantas – se puso colorado – recuerda, esta tarde, quiero mostrarte algo

- ¿Qué?

- Sorpresa, solo podemos disfrutarlo con ese clima

- ¿No tienes grabaciones? – no quería que Niall faltara a su trabajo por mi culpa.

- Te tengo una noticia – una gran nota de orgullo apareció en su voz – nuestro tercer álbum está listo…

- ¿¡EN SERIO?!

- Sí – me paré de la silla y le di un gran abrazo de felicitación

- Estoy muy orgullosa de ti Niall

- Este es especial, ya que escribimos todas las canciones nosotros mismos, sin escritores

- ¡Genial! No puedo esperar, en serio ¡no puedo!

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Cuando acabamos de comer, comenzamos a bajar todas las cajas de la camioneta y llevarlas a la habitación, pero desempacaría después. Niall me dijo que tomara un pantalón que no me importara ensuciar, unas botas de lluvia y un suéter, me afirmó que terminarían empapados.

- No me gustan las sorpresas – dije en tono de broma, mientras Niall abría la puerta.

- Amor, si vas a vivir conmigo, tendrás que acostumbrarte a las sorpresas – esbozó una enorme sonrisa.

-Entonces me mudaré a otro lado…

- Créeme, esta te va a encantar

Salimos al exterior y llovía como nunca, pero era increíble, las gotas eran finas y abundantes, una especie de brisa muy agradable.

Niall me tomó de la mano y comenzamos a correr con todas nuestras fuerzas a través del campo, hacia el bosque.

- ¿¡Qué haces?! – grité, tratando de hacerme oír entre la lluvia, pero en ese momento rompí a reír.

- ¡Tu solo corre!

Nos limitamos a seguir corriendo como dos niños pequeños saltando charcos después de una tormenta. La brisa que me golpeaba en la cara era sencillamente reconfortante, y el aroma a tierra mojada, me encantaba, aunque me recordaba a otra cosa aterradora, que no mencionaré ahora.

Por fin llegamos a la espesura del bosque, gracias la enorme cantidad que había y gracias a que había poco espacio entre unos y otros, solo unas pequeñas gotas de lluvia lograban llegar hasta nosotros.

- Mejor ¿no? – preguntó Niall, algo agitado.

-Sí – dije riendo – ahora… ¿me dirás exactamente a dónde vamos?

- Estamos cerca, sé paciente ¿sí? ¡Es que si te digo, todo se arruinará!

- Está bien - respondí a regañadientes.

- Ven – me rodeó con sus brazos y besé sus labios de caramelo. Estaban mojados y fríos, pero aún así eran deliciosos como la noche anterior - ¿mejor?

- Algo…

Él solo sonrió, me tomó de la mano y comenzamos a caminar por el bosque.

Supuse que él sabía perfectamente dónde estaba el lugar, ya que nunca pareció perderse.

Casi no había animales, supuse que todos se habían refugiado de la lluvia. A veces se oía un pájaro cantar, o pasaba uno que otro conejo apurado, una vez vi a un zorrillo y solté un gritillo por la fama de estos animales, pero Niall me tranquilizó y me dijo que no tenía nada de qué preocuparme. Incluso una vez me pareció haber visto a un alce con su majestuosa cornamenta.

Las ramas de los árboles se movían con el aire sobre nuestras cabezas. Las flores y el aroma a tierra mojada, era hermoso. Casi no hablamos durante todo el camino, son de esas veces donde no es necesario hablar, solo sabes lo que sabes, y sientes lo que la otra persona quiere decir.

El pelo de Niall estaba todo mojado y su piel fría, tenía gotas de gotas de lluvia en su piel, era un Niall más salvaje y rústico, por no decir otra cosa.