- ¡¡BUENOS DÍAS BELLOS DURMIENTES!! – gritó una voz familiar, abriendo de golpe de la habitación y despertando con un brinco a ambos.
Estábamos los dos acostados en la cama con la sábana cubriéndonos. Lo cual me sorprendió porque lo último que recuerdo es que lo hicimos en la alfombra de la habitación.
Volteé la vista hacia la puerta, y era Harry el que había entrado.
- ¿Tuvieron diversión anoche? – Harry se acercó hacia nosotros y puso el mentón en la orilla del colchón.
Su delicioso aroma inundó toda la habitación.
- ¡Maldito seas Styles! – renegó Niall arrojando una almohada sobre Harry y limitándose a esconder la cabeza en su almohada.
- ¿Qué haces aquí? – pregunté, sentándome en la cama, pero cubriéndome con la colcha.
- La puerta estaba abierta – se encogió de hombros.
- Ah – dijo Niall, y estrelló la cabeza todavía más en la almohada.
- ¡Niall debemos irnos ya! – Harry comenzó a sacudirlo violentamente.
- ¡No quiero! – farfulló, y se tapó la cabeza con la colcha.
- Hoy el cumpleaños de Liam ¿cierto? – me dirigí a Harry.
- Sí, y querido Niall ¡debemos irnos!
- Espera solo un momento ¿quieres? – refunfuñó.
Me costó trabajo sacar a Niall de la cama, pero después de varias risas burlonas, por fin lo logré.
Niall literalmente corrió a Harry de la habitación, para que nos dejara unos momentos solos.
Seleccionó su ropa del enorme armario que había enfrente y se metió a duchar, mientras yo elegía mi ropa y verificaba que el regalo de Liam estuviera perfectamente perfecto. Tenía suerte de no ser de la clase de chicas que se tardan dos horas o más eligiendo ropa, solo me bastaba con una rápida ojeada.
Recuerdo esos tiempos difíciles cuando me preparaba como bailarina. El maestro siempre tuvo a sus preferidas, y yo no estaba entre ellas. En las presentaciones, casi siempre me tocaba en el fondo a pesar de que fuera mucho mejor que la niña que estaba al frente, bailando sin seguir el compás de la música y golpeándose a ella misma con su propia mano cada cinco segundos. Pensé en rendirme en un determinado momento, pero Liam fue la persona que me dijo: “Nunca te rindas, sigue adelante y nunca sueltes tu sueño” Liam es mi más grande héroe. Me demostró que hay que perseguir tu sueño hasta el límite, y superar los obstáculos que te impidan tocarlo. Él me ayudó a ser la persona que soy, no creo que hubiera conocido a Niall de no haber sido por Liam.
Por eso quería demostrarle todo lo que significaba para mí, ese niño que había nacido casi muerto y sin un riñón, que ahora se encontraba en la cima del mundo.
Cuando Niall por fin salió de bañarse llegó mi turno. Estaba vestido con una blusa roja a cuadros y un pantalón de mezclilla. Completamente adorable.
Entré a la ducha fue un baño reparador y muy delicioso para ser honesta.
Mientras me bañaba solo oía a Harry afuera de la habitación gritando que nos diéramos prisa. Al salir me puse un vestido amarillo de manga ¾, que me llegaba hasta la rodilla. Me peiné, tomé el regalo y a Niall.
Todos bajamos juntos las escaleras. La fiesta iba a ser en la casa de Harry… “No puede ser… ¡Iré a la casa del mismo Harry Styles!” sé que debería tomarlo más como un amigo que como una celebridad, pero sin embargo no podía contener mi emoción desbordante y tampoco desaparecer las mariposas en mi estómago.
Allí estaría Eleanor, yo ya la había visto, en un día triste en mi tiempo de soltería, de seguro lo recuerdas. Pero también iría Perrie, nunca la había visto y estaba muy nerviosa por ello.
No era ninguna fiesta sorpresa, Liam estaba enterado de todo, es decir ¿quién no sospecharía ni un poco el día exacto de su cumpleaños? Estaba muy feliz de volver a verlos, muy, muy feliz, en serio. Me preguntaba si sentiría lo mismo que la primera vez que los vi.
El auto de Harry era un impecable Lexus rojo, algo ostentoso, pero ¿qué clase de rico en el mundo no se daba alguno que otro gusto?
Se ofreció a llevarnos amablemente y los dos aceptamos.
Niall era mi cielo, mi ángel, mi vida, mi alma, mi todo, estaba entregada a él en cuerpo y alma. Pero los ojos verdes penetrantes de Harry, su cabello, su voz, su piel, su risa, él mismo… no me malinterpreten por favor, pero me resultaban increíblemente irresistibles, me derretía ante él pero ¿quién no?
Niall se sentó en el asiento del copiloto junto a Harry, yo me fui al asiento trasero. Niall era una persona completamente distinta cuando estaba con los chicos. Era como si de repente le quitaran 10 años de edad, y se quedara en el punto máximo de su niñez. Para ser sincera, era mi Niall favorito, riendo todo el tiempo, juguetón y adorable.
Harry condujo por el corazón de la ciudad de Londres. Fue un camino algo largo, pero al fin llegamos.
Era un vecindario demasiado tranquilo, era casi imposible que una celebridad viviese allí. Parecía del tipo de lugar que carecía de novedades, donde una simple discusión adolescente fuera considerada casi un crimen. Pero sin embargo, era agradable, muchas casas de diferentes estilos se alzaban a nuestro alrededor, todas grandes y elegantes. Fuimos casi hasta el final, allí había una casa color terracota, con techo de dos aguas. No aparentaba ser enorme, pero de seguro lo sería al entrar. Había unos globos pegados en la parte delantera de la puerta principal. Arriba había un gran balcón que daba al resto del vecindario, una puerta de cristal estaba al fondo.
Harry estacionó el Lexus afuera y todos bajamos.
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Mi Ángel De Ojos Azules♥ (A Niall Horan Fanfic) {Editando}
FanfictionSolo era una chica ordinaria. Algo solitaria, con una triste historia oculta en su interior, y que nadie excepto ella conoce y siente. Toda la vida había estado buscándolo, pero el amor, esa persona especial, nunca llegó. Toda esperanza estaba perdi...