CAPÍTULO 74...

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Me paré del piso temblorosamente y me dispuse a irme de allí lo antes posible. Suspiré y me dirigí hacia donde me había señalado Sabrina, no sin antes advertir el profundo silencio que reinaba el teatro entero, atónito, expectante y misterioso al mismo tiempo. Todos posaban sus miradas sobre mí, sin lograr comprender nada, al igual que yo. Con mucha razón.

Mis zapatos apenas hacían ruido al caminar por el impecable piso del teatro, pero eso no sirvió para apagar los miles de pensamientos que se apretujaban en mi cabeza, como una red de peces recién sacada del mar helado, impediéndome estar al cien por ciento cuerda.

¿Qué pensaría Niall de todo esto? ¿Me regañaría por haber actuado de una manera tan estúpida? ¿Tendríamos que cancelar nuestro compromiso por culpa de este incidente? Y lo más importante ¿Cómo repercutiría en nosotros y en los demás? Rumores siempre han habido, algunos estúpidos, algunos creíbles, algunos minuciosamente armados para asustar a la gente por no saber qué más hacer con su preciado tiempo. Pero dramas como estos... No se veían todos los días.

Sin duda esto estaría por todos lados, las noticias malas, todo lo sucio que hay en la industria, se difunde mucho más rápido que las cosas buenas, las cosas que en realidad sí valen la pena publicar. La gente solo busca a la maldad, razón por la cual el mundo está como está, deberíamos parar, pero al parecer era imposible. 

Sin duda publicarían esto, era su trabajo, hacer quedar mal a los demás, nadar en mares de dinero corrupto, disfrutar del sufrimiento de los demás. Ellos, son la causa de los muchos artistas exitosos, pero que se han undido gracias a la presión por hacer dinero para ellos. En puestos de revistas ubicados a mitad de las calles más concurridas de la enorme ciudad de Londres, en primera plana, millones de personas burlándose de mi cara, que de seguro era la peor con la que alguna vez alguien me hubiera captado, sin duda. Sin comprensión, sin piedad. No lo entendía. Ellos ya habían hecho mucho daño, a todos ¿por qué seguir con esto? ¿Qué propósito tenía?

Recordaba a cada famoso, cada famosa que conocía de algún lugar, nunca había visto a alguien reaccionar de tal manera ante la atención de la prensa como lo había hecho yo. Estaba bien quedarse paralizada, eso era entendible, pero ¿sentir que te estabas quemando en el mismísimo infierno? Eso era demasiado, suficiente como para presionar el gatillo sobre tu sien. 

No podía olvidar el modo en que se acercaban a mí, como perros rabiosos olisqueando sangre fresca, acorralándome, gritando, disparando, azotándome, como si estuviera completamente ciega, como si fuera un objeto sin valor alguno, sin capacidad de sentir, sin capacidad de ser de utilidad, solo para darles su preciado momento de fama.

Recorrí los pasillos del teatro, sumida en mis pensamientos, y reflexionando... Sobre qué pasaría a continuación, qué me deparaba el futuro.

Busqué la salida y de repente, allí estaba, esperándome, tentándome a girar la perilla. Con dos opciones, la libertad o el suplicio. Tenía miedo, los huesos helándome, pero ya no soportaba más esa sensación. En un ataque de autoliberación, puse mi mano sobre la fría perilla y abrí de un jalón.

Silencio, sin cámaras, sin acosos, sin más mounstros negros, sin tortura. Solo en solitario estacionamiento abriéndose ante mí.

Fuertes gotas caían sobre la acera, inundando el ambiente con su peculiar aroma. Respiré la exquisita brisa. Todo se arregló, me iba a casa, me marchaba al único lugar que me ofrecía seguridad y amor.

Con alivio, cerré la puerta detrás de mí.

                                                                                   ***

El taxi frenó afuera de la reja. Le pagué al amable señor, y salí del auto.

Allí estaba Alan, en su caseta, vigilándonos como siempre, asegurándose de que todo estuviera bien. Pasaba prácticamente las 24 horas del día sentado allí, contemplando la enorme casa a sus espaldas y el bosque verde y sereno justo enfrente. Y a pesar de todo, nunca lo había oído quejarse de su trabajo, lo consideraba como un héroe, ya que él mismo había capturado a Jane esa noche inolvidable.

- Buenas tardes Alan - lo saludé amablemente, esbozando la mejor sonrisa que pude. Después de un día infernal.

- Buenas tardes ___(tn) - saludó con su habitual acento sureño y voz grave y rasposa - ¿Cómo te fue hoy?

- Muy bien, gracias.

- Y ¿cómo está Niall? - se dio la vuelta y presionó el botón para abrir la reja, ésta se abrió lentamente con su habitual chirrido.

- Bien, supongo - respondí cruzando la reja, ansiosa por ver a Niall y contarle lo sucedido, por hablar con la única persona que me quería en realidad y escuchar sus consuelos en mi oído.

- ¿Te enteraste? - dijo, y repentinamente, su semblante se volvió completamente grave y serio, aterrador, el que da a entender que está tratando con asuntos de vida o muerte.

- ¿Enterarme de qué? - pregunté intrigada.

- Jane escapó.

Mi Ángel De Ojos Azules♥ (A Niall Horan Fanfic) {Editando}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora