ღ N a r r a : ___ (tn)
Las rodillas de mi ángel se encontraban cálidas. La textura de su pantalón de mezclilla entre las yemas de mis dedos resultaba increíblemente reconfortante luego de toda la locura por la que había tenido que pasar. Era como mi pequeño y afortunado refugio. Un pedacito que se había salvado de ser invadido por toda la maldad suelta en el mundo. Él era lo único que se encontraba en perfecto estado. Él era el único que me comprendía y que se unía a mí en una armonía palpitante que serpenteaba por mis destrozadas venas. Todo era tan calmado cuando me encontraba a su lado… Desearía morir justo donde me encontraba, a los pies de mi príncipe, en calma total y con nuestras respiraciones acompasadas y sincronizadas a la perfección. El paraíso único que habíamos construido con nuestras propias manos. Quería vivir en él para siempre.
Pero me resultaba inconcebible.
Él no me escuchaba. No me sentía y tampoco se encontraba en las condiciones de contemplarme. En cambio, yo lo veía justo como lo haría en el otro mundo. Tan encantador como siempre, tan irlandés como desde la primera vez que lo besé en sus rosados labios.
- La he besado… ¡La he besado!… Por Dios ¿qué he hecho? ¡Si ella apenas supo quién era yo! De seguro ni siquiera tuvo la oportunidad de verme el rostro con claridad, de seguro se quedó tan paralizada que ni quiera tuvo el tiempo de reaccionar. ¡Bien hecho Niall! Siento que has arruinado tu única oportunidad – masculló Niall en voz alta haciendo que un amplio eco se extendiera por las paredes de la mansión.
Si solo supiera que nada de eso es verdad, pensé.
- Pero si ha sido tan maravilloso, sus labios eran tan dulces – susurró para sus adentros y por un momento sentí que su mirada se dirigía vagamente a mis labios… Mis fantasmales e invisibles labios.
Tocó suavemente su boca con su dedo índice, recorrió sus labios con ellos, los tocó suavemente y sus párpados comenzaron a reconstruir recuerdos rotos de mi primer beso, de la noche más maravillosa que ha acontecido en la vida de ___ (tn) Keys.
Humedeció sus labios y yo hice lo mismo inconscientemente. Un escalofrío nació en mi cuerpo entero. Cuántas ganas tenía de besarlo, aquí y ahora. Si solo él pudiera tocarme como yo lo haría en estos momentos.
- Necesito contarle a alguien acerca de esto…
Niall se paró del sillón tirándome de espaldas a la gris alfombra debido a que me encontraba recargada sobre sus rodillas. Y claro, él ni siquiera lo notó. Escuché una leve risilla proveniente del umbral de la puerta. Era Raziel ¡Riendo de nuevo!
- ¡¿Cuándo pararás de burlarte de mí?! – espeté poniéndome en pie de inmediato y dirigiéndome hacia el chico de sudadera con capucha dándole un pequeño empujón en los hombros.
De repente, la capucha se cayó de su cabeza… Y fue entonces cuando me percaté de que no había tenido la oportunidad de conocer su rostro… Hasta ahora.
Las carcajadas cesaron de repente. Lo miré atónita.
Raziel era… Guapísimo. El corazón se me congeló. Tenía un cabello rubio, oscuro como del color del oro y desordenado debido a que tenía la capucha puesta. Sus ojos eran de un marrón oscurísimo, tan oscuro que, si les prestabas atención, parecían que carecían de pupilas, aunque no fuera así. Su piel era muy blanca, era completamente inmaculada, sin ningún rastro de acné o suciedad sin limpiar sobre ella. Un pequeño y tímido rubor se asomaba en sus mejillas. Su nariz era pequeña y respingada, su cuello era largo y delgado pero sin llegar a verse de una manera extraña, tenía su manzana de Adán bien resaltada sobre éste, sus orejas eran pequeñas y lindas y sus labios eran finos y muy rosados. El chico era… Precioso. ¿Cómo diablos no me había dado cuenta de eso antes? Comencé a ponerme nerviosa al tiempo que lo contemplaba por primera vez. Ahora resultaba incluso más familiar si era posible.
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Mi Ángel De Ojos Azules♥ (A Niall Horan Fanfic) {Editando}
FanficSolo era una chica ordinaria. Algo solitaria, con una triste historia oculta en su interior, y que nadie excepto ella conoce y siente. Toda la vida había estado buscándolo, pero el amor, esa persona especial, nunca llegó. Toda esperanza estaba perdi...