CAPÍTULO 69...

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- ¡Rápido! ¡Llegaremos tarde a al cita! - gritó Eleanor mientras bajaba corriendo las escaleras del segundo piso con su bolso en mano y un gran abrigo negro.

- Estoy recogiendo  mis cosas ¡ya voy! - respondí lo más rápido que pude.

- Te espero en el auto - abrió la puerta principal y salió.

La tarde se me había hecho eterna, aunque en realidad hayan sido solo unas pocas horas. ¿Qué le había pasado al tiempo? ¿Por qué diablos estaba corriendo tan deprisa? Últimamente sentía como que éste nunca paraba, ya que, era la realidad. Pero nunca había acostumbrado a correr tan deprisa, parecía como si alguien estuviera apretando el botón de adelanto todo el tiempo, sin piedad, sin darme tiempo de disfrutar cada segundo que pasaba, cada segundo maravilloso, debería cansarse algún día de pasar tan deprisa, pero ese día parecía nunca llegar. Aún recuerdo cuando Niall puso el anillo en mi dedo en la alborotada fiesta de cumpleaños de Liam, la sensación de que todo estaría bien, el término de algo y el comienzo de algo nuevo, la sensación de setirse única y amada como nunca antes, indescriptible, el sentirse plena, enredada en los brazos de Niall. Parecía que todo había sido ayer, que solo había sido hace unos pocos segundos atrás, no que hubieran pasado ya meses desde aquel entonces. 

Ahora, justo en este momento ¿Dónde estaba? A solo quince días del día más feliz en mi vida entera, a quince días de cumplir el sueño de todos los sueños, poco tiempo me quedaba como ___(tn) Keys, poco tiempo de mi maravilloso noviazgo como Niall para luego convertirse en un precioso matrimonio sin límites, estaba segura, jamás había visto al futuro de tal manera como lo estaba haciendo en ese momento.

Ahora solo faltaban unos minutos para comprar ese vestido blanco con el que caminaría hacia el altar, cruzando el pasillo con bancas llena de gente ansiosa, en esa preciosa Iglesia del siglo XIX, con la más mejestuosa arquitectura que la mente humana alguna vez hubiese sido capaz de ingeniar, con decenas de murales antiguos, espectadores de millones y millones de bodas a lo largo de los siglos, cada uno escondiendo detrás de todas esas restauraciones su propia historia fantástica.

Respiré hondo y cerré los ojos unos minutos, tratando de poner mi mente y pensamientos en orden. Luego, salí por el umbral de la puerta y Eleanor me esperaba en el asiento del conductor de su lindo Chevy rojo.

- ¿Lista? - preguntó con su enorme sonrisa tan característica en ella.

- Sí... Al menos eso creo.

Y el auto arracó con un estrepitoso rugido.

Tal vez era difícil explicar la perfección de Eleanor, pero ella simplemente era perfecta, dicen que nadie es perfecto, pero Eleanor era la excepción a esa regla. Su cabello, su piel, su sonrisa, su aroma, su risa, su voz y su acento, incluso su manera de transitar entre las viejas calles de Londres moviendo ese vehículo eficazmente.

La tienda de vestidos de novia donde queríamos ir, no quedaba tan lejos de la residencia de Eleanor, pudimos habernos irnos caminando, pero de regreso ¿Cómo cargaríamos con dos vestidos en mano? Y súmale las calles fanjosas por la lluvia de esta tarde, y un vestido arruinado e inservible vas a obtener.

- Llegamos - anunció Elenor frenándose de golpe y quedando justamente estacionada entre dos camionetas, a punto de tocar la defensa de una de ellas.

Miré a mi izquierda y allí estaba la tienda. Por su aspecto algo viejo y descuidado, pero al mismo tiempo elegante, podrías imaginar vestidos algo anticuados, con olor a polvo y que te hacían ver como una auténtica monja, pero los vestidos del mostrador hablaban por sí mismos, desechando cualquiera de mis argumentos anteriores. Parecían minuciosamente hechos a mano, hebra a hebra y puntada a puntada.

Solté un largo silbido ante la majestuosidad de aquel lugar.

Cruzamos rápidamente la calle y la puerta se abrió con el tintineo de una campanilla.

- Buenas tardes - saludó una joven mujer, con su largo cabello castaño recogido en una cola de caballo.

- Buenas tardes - respondió Eleanor amablemente - Tenemos una cita a las 6.

- ¿Eleanor y ___(tn)? - dijo posando su mirada sobre la computadora en el escritorio.

- Sí.

- Muy bien, en un momento las atienden - hizo un pequeño gesto señalando las sillas que se encontraban a nuestras espaldas, pegadas a la pared.

Las dos fuimos a sentarnos.

- ¿Nerviosa? - preguntó Eleanor, y por primera vez en toda la tarde, había un matiz de nerviosismo y alteración en su voz y rostro.

- Por primera vez en esta tarde, no - admití - ¿Y tú?

En realidad, ahora que estaba aquí, esa sensación de que todo estaría bien se apoderaba de nuevo de mí, y solo unas pequeñas mariposas quedaban de las miles que habían hace un rato en mi estómago. El ambiente allí era relajante, no sabía se era a propósito o no, pero el olor al limpiador de la alfombra, te calmaba el cuerpo entero.

- Sí - suspiró y se sonrojó.

- Te entiendo - asentí levemente con la cabeza - No estés nerviosa, en serio, algo me dice que todo saldrá bien. Y si todo saldrá bien ¿Para qué estar nerviosa entonces?

Mi Ángel De Ojos Azules♥ (A Niall Horan Fanfic) {Editando}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora