"Un día, solo un día" pensé para mis adentros, mientras despertaba pesadamente de mi atolondrado sueño. Una ráfaga de luz cruzó las pupilas de mis ojos y dejó un destello en ellas. Un rayo de luz se filtraba por el espacio que había entre las dos cortinas carmesí que cubrían la gigantesca ventana de la habitación. Anunciando un día maravilloso, que con suerte, aliviaría mi malestar interno un poco.
Pero ¿saben? Después de haber soñado, mi ángel y yo, solos y perdidos en el paraíso inalcanzable... Por más que lo intentara, nada lograría apartar la alegría de mí ¿y si todo este tiempo me había estado preocupando por nada? Estábamos vivos, y a solo un día, de cumplir todos mis anhelos ¿qué no eso era suficiente como para acabar con todo lo demás? Hacerlo a un lado un momento, olvidarlo por solo hoy.
"Mi día, el mejor día de todos es mañana" pensé al tiempo que posaba mi mirada sobre mi ángel medio desnudo que yacía a mi lado. Tal vez aún soñando cosas, tal vez aún susurrando en sueños que me amaba, tal vez lo estaba haciendo justo ahora y no podía oírlo. O tal vez simplemente sumido en un profundo sueño negro. Amaba la expresión de su rostro cuando dormía, sus párpados ocultando sus inmensos ojos azules, sus labios rosas aplastados formando una graciosa mueca, su piel y ese ligero rubor de algunas noches calurosas o frías, sus lunares adheridos a la delicada piel de mi cuello. Aún podía ver mis marcas en él, aún podía ver rastros de pasión grabadas justo allí, como la más perfecta escritura en piedra bruta. Su cabello totalmente desordenado, oliendo como siempre lo había hecho y hará. Partes castañas oscuras de mechones de cabello sin teñir... Nunca lo cambiaría, ninguna parte de él.
Acerqué mi rostro al suyo, dejándolo solo a escasos centímetros del mío, esperando que despertara en cualquier momento gracias al choque de mi aliento contra sus sonrosadas mejillas, que despertara a escasos centímetros de un gato travieso en busca de problemas y satisfacción. Pero el hecho de que siguiera durmiendo representaba una enorme ventaja en mi repentino y macabro plan repentino.
Esto no podría mientras él estaba despierto y consciente. No podía contemplar sus facciones tan detalladas sin que se convirtiera en algo incómodo inevitablemente. Inmaculado, piel blanquecina, párpados cálidos, cejas traviesamente desacomodadas, la exacta inclinación del tronco de su nariz, pequeños puntitos negros pintados sobre sus mejillas, labios partidos, pero aún exquisitos seguramente, obra de algo divino... Indescriptible.
Rocé con mis labios su cálida mejilla, sintiendo aquella suavidez inigualable inundar la piel de mis labios, besé con delicadeza... No desearía arruinar mi plan.
Rápida y ágilmente me fui a sus labios. Primero, toqué las pequeñas comisuras de sus labios, un estremecimiento me recorrió, no supe la razón exacta, pero sí una sensación maravillosa. Él seguía dormido, como si nada estuviese sucediendo, como si la habitación aún estuviera inmersa en las tinieblas de la noche, como si la luna aún estuviera vigilando nuestros actos desde el cielo estrellado. Podía sentir su respiración acompasada, chocando en mi pómulo, uniéndose a la mía.
Las besé de nuevo presioné mis labios todo lo que pude contra él sin llegar a parecer una fiera hambrienta. Su dulzura de pies a cabeza... Todo eso me sorprendía, en especial el hecho de que aún no despertaba. Pero de algún otro modo, no quería que lo hiciera, no sin antes haber completado mi pequeña "excursión inconsciente". Luego de terminar con sus maravillosas comisuras, sentí la tremenda e inevitable necesidad por besar sus labios, labios de caramelo, dulces y crueles, egoístas... Nunca daban lo suficiente, por más que lo intentaran. No me resistí a sus llamados, eran demasiado seductores como para que algún ser humano tuviera la suficiente fuerza de voluntad como para pasarlos de largo e ignorarlos. La atracción cada vez se volvía más intensa. Los besé lo más delicadamente que me fue posible, suaves como los recordaba, algo fríos esta vez, pero la lujuria más exquisita y mala que pudiera probar. Los presioné con más fuerza, y el autocontrol perdió la batalla. Traté de desaparecer la violencia, pero su aliento me lo impedía, pasión y deseo... Solo por él.
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Mi Ángel De Ojos Azules♥ (A Niall Horan Fanfic) {Editando}
Hayran KurguSolo era una chica ordinaria. Algo solitaria, con una triste historia oculta en su interior, y que nadie excepto ella conoce y siente. Toda la vida había estado buscándolo, pero el amor, esa persona especial, nunca llegó. Toda esperanza estaba perdi...