CAPÍTULO 71...

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Eso no importaba, el vestido en sí no importaba, me podría haber casado con una blusa holgada y unos simples jeans sacados de mi pequeño armario, estaba segura de que el hecho de no llevar una vestimenta específica el día de mi boda no afectaría la ceremonia y el motivo sagrado, pero lo que no me podía sacar de la cabeza era su significado. Era una sensación increíble, no solo por el hecho de ser un vestido de novia, no solo por el hecho de ser único en todo el mundo, sino ese sentimiento único que sientes cuando sabes que algo ha terminado, y cuando sabes que algo nuevo está por comenzar. La manera en que la tela se adhería a mi cuerpo, como si fuera parte de mí, como una extensión divina de mi piel. Casi podía imaginarme dentro de algunas puestas de sol, con mi hermoso vestido cubriédome, las pisadas de mis tacones resonando en las paredes de la Iglesia, con una canción entonada por los mismos ángeles, caminaría hasta encontrarme con mi maravilloso destino, esperándome, justo en el altar. Era completamente maravilloso, era casi estúpido sentirse así, ya que podía encontrar la razón por la que me sentía de ese modo, pero no podía explicarla, no podía llegar con alguien y explicar lo que estaba pasando en mi interior, pensarlo, ni siquiera serviría, mucho menos con palabras. Otra persona consideraría una boda como algo sin sentido alguno, solo una ceremonia más de millones, debo aceptar que algunos años atrás, yo misma habría pensado lo mismo, pero ahora me arrepiento. Jamás imaginé que esto pudiera pasarme a mí. No tenía razones, no tenía por qué pasarme a mí, el destino fácilmente pudo haber elegido a alguien más, sin embargo... No los hizo, y no tengo idea de lo que habría pasado si él nunca hubiera mirado a mis ojos. 

- ¡Oh por Dios! ¡ ___(tn) te ves hermosa! - dijo Eleanor, y su mirada se dirigió al vestido blanco, que caía hasta el piso como la más hermosa cascada que el ojo humano hubiera podido captar. 

Al verla allí, tan emocionada e inocente, con su vestido de novia aún puesto, tan hermosa como una rosa blanca en la mañana, me preguntaba si yo también me vería así, o tal vez algo cercano a aquello.

Me puse frente al espejo, y levanté la vista hacia él. Lentamente... Con un miedo profundo de llevarme una desilusión y un corazón roto.

Los plieges salían de la parte del abdomen, el blanco celestial del vestido, cegaba a quien lo contemplase. Delicado como el rocío de la mañana, la tela suave casi se resbalaba ante el tacto. Estaba segura de que nadie más lo percibía, pero yo lo sentía claramente, una especie de electricidad formándose desde el vestido hasta cada célula de mi ser. Ésta comenzó a acumularse en mi cuerpo, provocándome un hormigueo constante, y haciendo que mi cuerpo estuviera a punto de colapsar. Por fin, todo fue demasiado, y la energía salió en forma de lágrimas, resbalando ágilmente por mi mejilla, hasta impactar con fuerza en la polvorienta alfombra gris a mis pies.

Dos manos colocaron el velo en mi cabello, mientras yo suspiraba, tratando de apaciguar el latido de mi corazón, que retumbaba en mi pecho. 

Eleanor me rodeó con sus cálidos brazos y pude percibir que se sentía igual que yo. Cerré los ojos un momento... Paz, silencio...

                                                                                ***

- ¡Ya llegué Niall! - grité , cerrando la puerta a mi espalda con un chasquido sordo.

Oí pasos bajando las escaleras, yo tenía el vestido en mi mano y de repente, más rápido que un rayo, recordé aquella antigua tradición, que dictaba que el novio no debía ver el vestido de la novia hasta el día de la boda, tradición que respetaría esta vez.  Escondí el vestido inútilmente destrás de mi espalda.

- Ey ey ¡espera espera! - grité tratando de hacer que se detuviera de una maldita vez, funcionó.

- ¿Qué pasó? - preguntó desconcertado, parándose en seco a media escalera.

- Cierra los ojos - lo ordené lo más rápido que me fue posible.

- ¿Qué dijiste ___(tn)?

- ¡No quiero que lo veas!

- ¿Ver qué?

- Solo cierra los ojos y siéntate en el sofá, maldita sea ¡no veas!

- Ok.

Un Niall ciego bajó cuidadosamente las escaleras.

- Ten cuidado, no quiero quedarme sin esposo.

- Muy graciosa ___(tn) ... ¡De nuevo!

Y se sentó en el sillón de la sala.

- ¿Ya puedo ver ___(tn)? - preguntó.

- No, ahora regreso - dije.

Confié en que se quedara quieto, sentado cómadamente en sofá, sin seguirme.

Subí los escalones a duras penas, cargando el vestido de una tonelada. Tal vez en realidad no pesaba tanto, pero la emoción aún debilitaba mis músculos. ¿Dónde escondería el vestido? Debía haber pensado en eso antes, seguro de que Niall lo encontraría, sino pensaba en algo rápido. Abrí mi armario y lo puse dentro. Con mucho cuidado de no arrugarlo para nada, y esperando que Niall no anduviera de fisgón.

Mi Ángel De Ojos Azules♥ (A Niall Horan Fanfic) {Editando}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora