CAPÍTULO 84...

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Un silencio sepulcral reinaba en toda la habitación, extendiendo sus alas y su polvo mortífero por cada rincón existente, convirtiéndolo en su presa. El único sonido que resultaba vencedor ante aquel monstruo, era un peculiar pitido… *Pit*… *Pit*… *Pit*… Lo reconocía a la perfección, marcaba con atemorizante precisión cada latido que aquella masa muscular de color rojo realizaba dentro del pecho de mi ángel. Me quedé un rato escuchándola, era sin duda el mejor sonido que pudiese llenar mis oídos en este momento, se unía a mi corazón, sincronizándolo como una orquesta personal, haciendo latir al mío al compás del suyo. Algo exquisito, algo que pensé que jamás podría volver a sentir.

Miré a los chicos, una pequeña masa de cuerpos se arremolinó en torno a la camilla. Una masa conformada por cinco cuerpos. Incluyéndome. Quería correr hacia él de la misma manera que lo hice aquella vez en el aeropuerto luego de visitar Monterrey para ver a mis padres, recuerdo que salté hacia él, coloqué mis manos alrededor de su cuello y ambas piernas se enrollaron alrededor de su tronco. No tenía miedo de lastimarlo, no tenía miedo de azotar contra el piso y hacer el ridículo del año, él era fuerte, lleno de energía, era Niall.

Pero ahora no podía hacer nada de eso. Quería acortar aquella distancia que solo servía para provocarme rabia, quería arrancarle con fuerza aquella cosa que me impedía besar sus labios y sentir su respiración tranquilizante chocar contra la piel de mi cuello. Pero sabía que si me lanzaba encima de él de aquella manera, probablemente terminaría por matarlo de una vez por todas.

Lo contemplé. Estaba pálido, muy pálido. Su piel había perdido aquel rubor que tanto me fascinaba de él, aquel rubor equivalente a calor. Su cabello estaba despeinado, pero aún con aspecto enfermo, débil, triste y amargado… Se preguntarán ¿Cómo es posible que el cabello de alguien esté triste? Yo, solo lo sabía, ni siquiera podría responder aquella pregunta, solo sabía que estaba triste, punto. Sus manos estaban una encima de la otra, tratando de calentarse mutuamente, y reposaban sobre su estómago.

Los cinco estábamos a su alrededor, al fin habíamos acudido a su encuentro. Era genial.

Nos miramos entre sí, sin saber qué hacer realmente con un Niall dormido justo enfrente de nosotros.

- No creo que pueda oírnos ¿O sí? – preguntó Harry, posado cuidadosamente una de sus grandes manos sobre la de Niall.

- No lo creo Harry, el doctor dijo que era poco probable que despertara pronto – respondió Liam, acariciando con una cara de misericordia la otra mano de Niall.

- Oh hermano… Lo siento mucho – pronunció Louis, su voz se cortó, interrumpida con un repentino y violento sollozo que salió de sus labios.

Sus ojos comenzaron  a tornarse rojos y llenarse por completo de agua llena de dolor hacia Niall. El agua se desbordó de sus párpados, se asomó por sus ojos de color azul, formó pequeñas gotas de lágrimas que corrieron por la bronceada mejilla de Louis, luego siguieron hasta su barbilla, e impactaron contra la sábana que mantenía caliente a mi ángel.

- Te amamos hermano, por favor quédate con nosotros. No te vayas aún por favor… ¡Aún tenemos un álbum por lanzar! – dijo Zayn con una voz corrompida por el llanto.

- Eres mucho más que mi hermano, no te dejaré ir Niall. Aún tengo ganas de vengarme por aquella vez que rompiste mis bóxers favoritos – rió Liam con lágrimas empapándole el rostro.

- ¿Recuerdas la vez que derramaste jugo de naranja accidentalmente sobre mi bandana dije que te odiaba? Pues no es cierto Niall. Te amo porque eres mucho más que mi hermano, nunca te dejaría y jamás podría odiarte incluso aunque quisiera – dijo Harry, tratando de reventar con fuerza aquel nudo que le invadía la garganta.

Mi Ángel De Ojos Azules♥ (A Niall Horan Fanfic) {Editando}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora